Con rostro serio, tajante y dejando claro que, si se sienta en este especial de '¡De viernes!', lo hace porque "tengo derecho a que la gente me escuche y sepa cómo soy, lo que pienso y lo que me ha ocurrido". Bárbara Rey se ha convertido en la protagonista de este lunes en el programa de Telecinco para contar toda 'su verdad' frente a rumores, especulaciones y polémicas sembradas durante este último año. "Quiero hacer esto para desmontar todas las mentiras y que queden las cosas más o menos claras", ha sentenciado al sentarse junto a Santi Acosta en la que ha sido su entrevista más dura y sincera hasta el momento.
Bárbara ha hablado abiertamente de su infancia, que no fue fácil por culpa de la figura de su madre, quien confiesa era "una mujer enferma que nos maltrataba" y que la llevó a querer huir de su casa en cuanto cumplió los 18 años. "Mi madre tuvo sus problemas y hemos sufrido las consecuencias, pero no tiene nada que ver la infancia que ha tenido mi hijo con la que tuvimos mi hermana y yo", asegura la 'vedette', que ha confesado que lo que más le duele "es que mi hijo diga que soy una mala madre", antes de romper a llorar desolada. Pese a todo, confiesa, entre lágrimas, que tanto su padre como su hijo, Ángel Cristo Jr., fueron "los dos hombres de mi vida".
La llegada del Rey emérito a su vida
Todo comenzó con una llamada de teléfono. Era don Juan Carlos, quería ponerse en contacto con Bárbara Rey. En un primer momento, ella se mostró del todo incrédula. Pero era real. Comenzaron las conversaciones telefónicas diarias: "eran conversaciones banales... ya cuando llevábamos así como un mes, me dijo que quería conocerme en persona".
También ha entrado en detalles sobre cómo fue esa primera toma de contacto con el palacio: “Entonces ya llegamos a El Pardo. La casa era muy siniestra, muy austera, muy triste. Simplemente hola, tal, cuál, un poquito de conversación y no hubo nada más. Y a él, cuando se lo pidió el cuerpo, no tardó mucho, me cogió de la mano y me llevó a la habitación”. Unas declaraciones que dejan claro el interés del padre de Felipe VI en Bárbara desde el primer momento.
Sus palabras no quedan ahí, y la vedette no ha dudado en hablar de los chantajes que llegaron posteriormente. Ha asegurado que “no lo llamaría chantaje, lo llamaría préstamo” e incluso “lo volvería a hacer” si tuviera una oportunidad similar. La vedette no está arrepentida de haber pedido dinero al Rey emérito por su silencio, pues cree que su trato hacia ella “ahora se llamaría acoso”.
Además, Bárbara ha desvelado un detalle hasta ahora desconocido: el regalo que tuvo que mantener en secreto, hasta hoy. Se trata de un medallón que tenía todos los signos del zodíaco: "me dijo que no me lo pusiera porque la reina lo conocía". Era de 14 quilates, y me la robaron cuando me robaron las joyas.
Después de aquel regalo llegó el primer beso. "Después me siguió llamando y pidiendo seguir viéndonos", cuenta Bárbara. Se sucedieron encuentros de lo más secretos a los que Bárbara Rey acudía de completo incógnito "para que nadie me conociera".
"El primer día que tuvimos un encuentro íntimo esperaba que fuera más cariñoso... pero eso no sucedió", asegura la 'vedette'. Volvieron a verse: "las apetencias a nivel sexual que él pudiera tener, las satisfacía conmigo. Yo sabía que no había otra cosa más que eso", ha añadido.
La reacción del emérito a su entrevista
Ella tiene claro que no le va a sentar bien: “El Rey no creo que deba tener miedo, porque con todo lo que le ha pasado y con todas las cosas que se han dicho de él, yo creo que él con su edad ya debe de haber perdido todo el miedo. Le puede molestar, le va a dar rabia”, cree. Pero no le importa, pues ha notado la ausencia de su apoyo en sus meses más difíciles: “Yo lo siento mucho por él, pero a lo mejor en un momento determinado él tendría que haber hecho algo para protegerme”.
“Aunque a don Juan Carlos le importa poco que Bárbara Rey se siente a hablar”, tampoco permitirá que diga cualquier cosa que no sea verdad, que no corresponda decir o que se le acuse de cosas que puedan poner en entredicho su responsabilidad como Jefe de Estado. Por esa razón, ha dado instrucciones "para que un bufete de abogados de España vea y analice cada cosa que cuente en su entrevista por si tuviera que interponer alguna demanda”. Así nos lo explican personas cercanas al emérito, quienes nos insisten en que el Rey no se quedará de brazos cruzados si piensa que se han traspasado líneas rojas.