No ha ganado MasterChef Celebrity, pero Antonia Dell’Atte se ha convertido en una de las grandes protagonistas de la edición, y no precisamente por sus habilidades en los fogones. A pesar de tratarse de un concurso de cocina lo que la italiana terminó demostrando que es una mujer de armas tomar sin problemas para sacar su lado más fiero. Una faceta que, por supuesto, volvió a estar presente durante la gran final que terminó conquistando Ona Carbonell.
Cuatro grandes finalistas
Mario Vaquerizo, Paz Vega, Ona Carbonell y Antonia Dell’Atte fueron los finalistas de la noche y los encargados de intentar reproducir un plato del chef Eneko Atxa: pichón y ensalada.
El nivel estaba muy alto
A pesar de las semanas de aprendizaje, la elección del chef tres estrellas no fue sencilla de llevar a la realidad y tan solo uno de los cuatro finalistas consiguió un plato de diez.
Se perdió desde el primer momento
Los jueces no quitaban ojo a los cuatro concursantes y muy pronto repararon en que Antonia estaba perdida desde el principio y en que no seguía las instrucciones de Eneko.
“A Antonia no le gusta seguir directrices de nadie"
No paraba de quejarse
Mientras que los otros tres concursantes se esforzaban por llevar el rito del chef, Antonia no dejaba de gritarle para que repitiera los pasos, las cantidades y los nombres de los ingredientes que tenía que utilizar.
Su actitud no fue la mejor
Muchos vieron en la actitud de Dell’Atte una falta de respeto hacia Atxa y es que, en un momento, se refirió a él como “muñeco”. “¿Quién eres, Papá Noel? ¡Qué rápido va este!”, llegó a preguntarle.
No gustó a nadie
Tanto despiste terminó pasando factura al sabor del plato. “Estamos en la final y no lo podemos permitir”, fue la respuesta de Jordi Cruz tras probar un bocado.
No asumió sus errores y culpó a otros
Lejos de entonar el mea culpa, la ex de Alessandro Lequio optó por echarle la culpa de su fracaso a sus compañeros, concretamente a Ona.
El resultado no fue el esperado
“No me ha ayudado, y bien que hace. No me ha querido dar su gelatina, es muy catalana ella”, dijo al darse cuenta de que su plano no tenía nada que ver con lo que se esperaba de ella.
También le dedicó algún piropo
“Es muy disciplinada y muy ambiciosa, una cosa que me gustaría aprender de ella, pero llegada a esta edad no. Porque yo nunca he sido ambiciosa en mi vida. Siempre lo hago bien, pero esta vez me he perdido”.
Los gestos la delataban
Sin embargo, el lenguaje corporal acababa por delatar a Antonia, que hacía gestos nada amistosos cuando se refería a la nadadora olímpica.
Mientras tanto, Ona aguantaba los comentarios con una sonrisa
Ganadora sin rivales
Aunque Paz Vega estuvo muy cerca de conseguirlo, Ona imitó el plato de Eneko a la perfección, sin dejarse nada.
Todo por una buena causa
Con el trofeo y el premio en la mano, Carbonell mostró su lado más solidario al donar los 75.000 euros del premio a las Fundación Pequeño Deseo.
“Nunca pensé que un talent show me podía remover tanto por dentro”