Todas las bodas de la familia Alba: glamour y vestidos para la historia

La historia más reciente de la familia Alba comenzó con el enlace de Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, entonces duquesa de Montoro, con Luis Martínez de Irujo, un ingeniero de origen noble pero sin título, padre de sus seis hijos. Se celebró en su querida Sevilla, el 12 de octubre de 1947, ante el altar mayor de la Catedral, el lugar reservado para los miembros de la Casa Real.

Cayetana lució un vestido de flada muy voluminosa de chantilly con encaje de Bruselas del siglo XVIII, de la diseñadora Flora Villarreal. Coronó el look con la tiara de perlas y brillantes de la emperatriz Eugenia de Montijo, con la que ya se habían casado las anteriores duquesas de Alba. La posterior celebración para los 2.500 invitados tuvo lugar en el Palacio de Las Dueñas, donde Chicote sirvió el cóctel en el patio de los Damascos. Fue una boda digna de una Familia Real, que traspasó fronteras. Las crónicas de entonces la llegaron a considerar la “la boda más cara de la historia”, al costar cerca de 20 millones de pesetas de la época (120.000 euros).

Su primer marido falleció en 1972 a consecuencia de un cáncer. Seis años después, el 16 de marzo de 1978, se volvió a casar con Jesús Aguirre, en una celebración mucho más austera que la primera. Fue en el Palacio de Liria y la duquesa lució un vestido de organza rosa con flores bordadas, de André Lang, un collar de perlas de varias vueltas y su pelo rojizo con sus rizos al natural. Esta boda con un intelectual exjesuita, hijo de madre soltera, fue todo un escándalo en la opinión pública en aquel momento.

Si la segunda boda se caracterizó por la austeridad, para la tercera la duquesa de Alba volvió a su adorada Sevilla y al calor de la gente del pueblo que se congregó en los alrededores del Palacio de Las Dueñas. Jesús Aguirre había fallecido en 2001 y, diez años después, cuando tenía ya 85, Cayetana dio el tercer ‘sí, quiero’ al funcionario Alfonso Diez, el 5 de octubre de 2011. Con un diseño en gasa de seda rosa palo con un lazo de terciopelo verde, de Victorio & Luchino, estaba tan feliz que incluso bailó sevillanas ante el público que la vitoreaba a las puertas de palacio.

El más discreto de los hermanos fue el primero en pasar por el altar. El duque de Híjar contrajo matrimonio en Marbella en 1977, con la novia luciendo un vestido con escote y manga larga de tul y la emblemática tiara rusa de los Alba bajo el velo de tul.

El hijo intelectual se casó el 1 de noviembre de 1980 en la capilla del Palacio de Liria, con la novia luciendo un sencillo vestido midi bordado de pedrería y flecos y sin joyas. Se divorció y en 2004 se volvió a casar por segunda vez en Venecia con la periodista Inka Martí.

El actual duque de Alba se casó el 18 de junio de 1988 con Matilde Solís-Beaumont, hija de los marqueses de la Motilla, una de las familias aristocráticas más importantes de nuestro país. La pareja se dio el ‘sí, quiero’ ante el Altar Mayor de la Catedral de Sevilla, tradicionalmente reservado para las infantas de España. La novia lució un vestido de corte princesa confeccionado con seda natural traída desde la India y la imponente tiara rusa de platino y brillantes. El novio, el uniforme de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.

La boda del año, retransmitida por televisión y con 1.400 invitados, se celebró el 23 de octubre de 1998 en la catedral de Sevilla y el banquete en Dueñas. Eugenia llevaba un vestido de Emanuel Ungaro de inspiración medieval, en raso duquesa de color marfil con galón bordado en hilo de seda con perlas que ribeteaba el escote cuadrado, los hombros y los costados, que combinó con un velo de encaje y la tiara de Eugenia de Montijo, como había hecho su madre en su primera boda.

El hijo preferido de la duquesa también eligió Sevilla para su enlace con Genoveva, el 15 de octubre de 2005, con quien ya tenía los mellizos Luis y Amina, de entonces cuatro años. Fue un enlace discreto, en el que la novia lució un vestido de Manuel Mota para Pronovias pensado en dos partes. La primera, para la ceremonia, con una chaqueta de encaje de chantilly que cubría sus hombros para hacer su entrada en la iglesia y la segunda, sin esa chaquetita y dejando al descubierto el escote palabra de honor. El duque de Arjona también eligió, como su hermano mayor, el uniforme de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.

El hijo pequeño del duque de Híjar se casó el 20 de septiembre de 2008 en Jerez de la Frontera con Inés Domecq, que lució un vestido de Roberto Diz de cola, manga larga, escote cuadrado y cintura bordada, con un largo velo que salía de su recogido. Un original tocado de flores coronaba su peinado. La duquesa de Almenara es una de las mujeres más elegantes de España y triunfa con su propia firma de moda.

El Palacio de Liria fue el escenario de la boda del hijo del conde de Siruela, el 14 de mayo de 2011. Ambos dueños de una galería de arte en el centro de Madrid, la novia eligió un modelo de Lorenzo Caprile de raso de seda natural con bordados en oro viejo inspirado en las pinturas de Zurbarán. Una mantilla de encaje que pertenecía a su familia prendía de su recogido.

El Palacio de Liria volvió a ser el escenario de la boda del hijo mayor de Alfonso Martínez de Irujo el 1 de octubre de 2016, ante 530 invitados. La novia lució un vestido de Teresa Helbig de etoile de algodón con una sobrecapa de tul de algodón, con el cuello cerrado, mangas transparentes de tul, falda ribeteada con valenciennes y cola cuadrada, además de broche chorrera en cuello y gemelos hechos con flores de cera artesanas.Completó su look con un tocado-diadema de flores de cera y metálicas y cuero rosa, así como con velos de seda tintados de color rosa talco con mariposas bordadas.

La última gran boda de la familia Alba la protagonizaron los actuales duques de Huéscar en el Palacio de Liria, el 6 de octubre de 2018. El novio, al igual que ya había hecho su padre, el duque de Alba, llevó el uniforme de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. La novia, fiel a su sencillo estilo, optó por un vestido confeccionada por su tía paterna, la prestigiosa diseñadora nupcial Teresa Palazuelo, de manga corta, línea A y escote en uve, confeccionado en organza. Un velo de tul a modo de capa salía de los hombros. No quiso abrir el espectacular joyero de la Casa Alba y eligió un tocado de plumas blancas de Teresa Briz para adornar su recogido.