¡Tamara Falcó nos encanta en todas sus versiones! Nos hipnotiza cuando la vemos enfundada en vestidos de ensueño en las alfombras rojas, nos deja con la boca abierta cuando rescata de su armario trajes masculinos para presentaciones y eventos, y nos conquista todavía más cuando la fichamos haciendo recados en su día a día con estilismos que son pura inspiración. De hecho, ahora acaba de enamorarnos con la prenda que ya promete invadir el asfalto en pocos días: la gabardina.
Palabra de Tamara Falcó: solo necesitas una gabardina clásica para ser la más elegante
Mañanas frías, mediodías cálidos, tardes calurosas y noches en las que refresca. Si algo define a las semanas de entretiempo es la inestabilidad de las temperaturas. Y claro, en esta complicada época del año nos volvemos totalmente locas para encontrar un look que resulte adecuado a lo largo de toda la jornada. Por suerte, hay prendas que nos salvan fácilmente sin perder una pizca de estilo (ni tener que pasar horas frente al armario). ¿Entre ellas? La gabardina beige.
Podríamos decir que la gabardina clásica se encuentra a medio camino entre la sofisticación de una blazer y el toque urbano de una cazadora sahariana, por lo que es capaz de sacarnos de cualquier apuro las 24 horas del día. Y Tamara Falcó, que siempre nos regala lecciones de elegancia, ya ha rescatado de su guardarropa un modelo que funciona tanto si tienes 30, 40 o 50 años.
La marquesa de Griñón, para disfrutar de un tranquilo paseo con sus perros por Madrid, ha presumido de un trench de la firma Burberry que cuesta nada más y nada menos que la friolera de 1.990 euros. Se trata de un diseño impermeable de corte recto que cuenta con botones en contraste, trabillas en los hombros y puños con correas. Un modelo todoterreno que nunca pasa de moda. Tamara Falcó, además, ha combinado su gabardina de la mejor manera: con un cómodo pantalón de pinzas azul marino, una camiseta básica blanca y unas zapatillas de la firma New Balance. ¿El toque final? Un bolso geométrico de Louis Vuitton.
Sigue bajando para fichar la gabardina de la hija de Isabel Preysler (y otras cinco mucho más económicas).