Si en el plano profesional Lydia Lozano ha demostrado ser una periodista incombustible, en cuestión de estilo también es un personaje camaleónico. La colaboradora de ‘Sálvame’ tiene 61 años, pero su forma de vestir es tan juvenil que, por supuesto, le resta edad. Colores potentes, estampados eclécticos, prendas inconfundibles... Atenta porque te damos sus claves para vestir con mucho estilo una vez cumplidos los 60 años.
Una de las reglas que cumple es que su armario resulta tremendamente divertido, por tanto, muy inspirador. Lydia Lozano sabe que la moda es un potente modo de expresión y ella lo exprime al máximo con un vestidor repleto de color. No se amilana ante los tonos más intensos, incluso, se atreve con los flúor... y huye por completo de los colores más aburridos y clásicos. El vestido es, sin duda, su prenda fetiche con la que se sienta muy cómoda y que acostumbra a utilizar cuando tiene que cumplir con sus compromisos profesionales en televisión. Habitualmente lo utiliza en versión camisera y hasta la rodilla, una medida que le va fenomenal. Además, lo combina con sandalias igualmente divertidas.
La apuesta de Lydia Lozano por un estilo único
Está claro que la periodista rompe reglas a la hora de vestir y, por supuesto, no se deja llevar por las tendencias. Sabe mejor que nadie el estilo que más le favorece y cómo sorprender con un vestidor único e irrepetible. Pocas mujeres pueden presumir de utilizar el color tan bien y elevarlos a su máxima expresión. Los tejidos estampados son un ‘must’ en su armario y los tiene para todos los gustos, también muy variopintos: desde diseños geométricos hasta 'prints animals' o tropicales.
La periodista es el mejor ejemplo de que la edad nunca debe estar reñida con un estilo tan juvenil como rompedor. Cuando opta por llevar pantalón igualmente lo hace con mucho arte. Habitualmente lo combina con camisas 'oversize', levitas o 'blazers', pero siempre prendas muy características y que nunca pasan desapercibidas. Adora llevar conjuntos con el mismo estampado. Un outfit del que se ha hecho la mejor abanderada y con el que brilla más que nadie, también hay que decir que le sienta estupendamente bien.