Los medallistas olímpicos ya han vuelto a sus países de origen y algunos representantes de las casas reales europeas no han querido dejar de dar la bienvenida a los atletas. Los primeros en hacer este gesto fueron Kate Middleton y el Príncipe Guillermo y, horas después, Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda no quisieron quedarse atrás y han recibido a los deportistas holandeses, que en total consiguieron 34 medallas, en el Palacio Huis ten Bosch. La reina consorte no nos dejó indiferentes con su look que, aparte de estar muy de moda estos últimos años, ya llevó en otra ocasión. Su vestido sienta de maravilla a las mujeres que ya se acercan a los 60 años ¿quieres saber por qué? Te contamos todos los detalles a continuación. 

El vestido que eligió Máxima de Holanda para este evento es una pieza que no solo destacaba por su elegancia, sino también por lo favorecedor que resulta para quienes buscan un look sofisticado que realce la figura de manera discreta. El diseño de este vestido combina un cuello drapeado con un 'twist' (algo así como un giro o un nudo) de tela en el hombro derecho que da lugar a varias capas de pliegues que, valga la redundancia, se despliegan con gracia alrededor del cuello y el pecho, creando una silueta sumamente femenina.

 

El precioso vestido drapeado de Máxima de Holanda para dar la bienvenida a los medallistas olímpicos

El precioso vestido drapeado y reciclado de Máxima de Holanda para dar la bienvenida a los medallistas olímpicos

(Gtres)

El vestido con cuello drapeado de Máxima de Holanda que ya llevó en 2015

La tela ligera de color topo se adapta al cuerpo con delicadeza, y permite que los pliegues caigan suavemente hasta el pecho sin añadir volumen extra en las zonas claves de la figura femenina. Este efecto es especialmente favorecedor para mujeres que buscan alargar la línea del cuello y atraer la atención hacia el rostro. Además, la manga sisa y la falda above the knee le dan un toque de sobriedad, mientras que el talle ajustado define la figura de manera elegante.

Los cuellos a la caja, sin solapas, pero con pliegues drapeados, se han convertido en los favoritos de la reina holandesa, y no es difícil entender por qué. Este diseño enmarca el rostro de manera sutil, y ofrece un equilibrio perfecto entre formalidad y delicadeza; por no hablar de que es una alternativa original a los típicos vestidos con cuello redondo. Además, el color topo es una opción infalible y todoterreno para cualquier ocasión, ya que aporta un toque de sobriedad, pero sin llegar a caer en lo monótono. Es un tono que, si aunque es discreto, combina de maravilla con colores vibrantes bien escogidos y acabados dorados. 

 

El desacertado accesorio de Máxima de Holanda que no encajaba del todo con su vestido repetido

El desacertado accesorio de Máxima de Holanda que no encajaba del todo con su vestido repetido

(Gtres)

Los accesorios rojos de Máxima que le restaron puntos al look

Pero este no es el primer encuentro de Máxima con esta prenda. De hecho, la reina ya había lucido este vestido en 2015 durante la reapertura de un centro de jóvenes con problemas alimenticios. En aquella ocasión, lo combinó con una impresionante pamela roja que, junto con un cinturón del mismo tono, lograba un look mucho más llamativo y dramático. La elección del cinturón en esa aparición tenía más sentido, ya que encajaba muy bien con la pamela XXL y, en esos tiempos, las combinaciones de colores básicos con estos rojos era una tendencia en alza. Además, la pamela le dio un aire de sofisticación que resultaba ideal para un evento de día, demostrando una vez más que Máxima sabe cómo adaptar sus looks a cada ocasión con maestría.

Sin embargo, en esta reciente aparición, los accesorios elegidos por Máxima no nos convencieron del todo. El cinturón rojo, que hace 10 años complementaba a la perfección el conjunto, esta vez parecía restarle verticalidad al vestido y dividía el look en dos partes. Al tratarse de un look sin pamela ni otros accesorios tan llamativos, el cinturón se percibía como un elemento con mucha presencia que rompía la armonía del vestido, haciendo que la atención se desviara hacia la cintura en lugar de mantener una línea visual más fluida.

 

Para completar el look, Máxima optó por unos peep toes en el mismo tono de rojo vibrante, con un tacón alto que, si bien eran elegantes, quizás habrían funcionado mejor con un vestido de otro estilo o en un evento diferente. Es posible que un calzado en un tono más neutro o incluso metálico hubiera sido una opción más acertada para mantener la coherencia del look sin restarle protagonismo a la prenda principal.