En principio todos los focos estaban pendientes de la reina Sofía, quien un día después de su 82 cumpleaños, presidió en el Auditorio Nacional de Música de Madrid el concierto extraordinario en beneficio de las Becas de Cuerda-Piano-Canto de Juventudes Musicales, pero la presencia de Isabel Preysler eclipsó todo lo demás. Acompañada por su pareja, Mario Vargas Llosa, su llegada fue de lo más apresurada, ya que se habían confundido de escenario y habían ido primero al Palacio Real creyendo que se celebraba allí el concierto. Un recital ofrecido por el pianista Vincenzo Scalera y el tenor Juan Diego Flórez, en el que se interpretaron obras de Beethoven, Mendelssohn, Strauss, Donizetti, Bellini y Verdi.
La madre de Enrique Iglesias volvió a dar una lección de estilo y lo hizo con la combinación de colores más elegante: rojo y beige. Al igual que le sucede a la reina Letizia, el rojo es uno de sus colores favoritos y más favorecedor. Hace unas semanas lucíó un traje pantalón de Bleïs Madrid, para acudir a un homenaje en el Instituto Cervantes que le hicieron a su pareja y ahora ha vuelto a repetir el tono más vibrante con su vestido.
Rojo y beige: la mejor combinación de Isabel Preysler
Isabel eligió un maravilloso vestido midi en tejido elástico y satinado, con un drapeado en la cintura rematado en un volante, escote en uve cruzado y falda envolvente con bajo asimétrico, que estilizaba más su perfecta figura, de Lola Li. Concretamente es el vestido Lisa de la colección cápsula que la influencer Meri Lozano ha diseñado para la firma.
Si ya el vestido no puede ser más elegante, los complementos hicieron todavía más sobresaliente el look. Para protegerse del frío optó por un abrigo largo beige de doble faz, el mismo tono de sus zapatos de salón y su pequeño bolso de mano trenzado. El look es obra de su estilista de cabecera, Cristina Reyero.
Y, como la hemos visto en todas sus apariciones públicas, llevó la mascarilla estampada a juego con su estilismo.
La socialité por excelencia de nuestro país ha mantenido su estilo a lo largo de los años. Siempre impecable y con looks muy clásicos, aunque no ha sido ajena a las tendencias que marcaban cada época. Así, en los 70 la conocimos con un estilo más hippie, abrazó los excesos de los 80 con marcadas hombreras y grandes joyas, en los 90 se guió más por el minimalismo y los colores neutros. Ya en el nuevo milenio ha seguido regalándonos su innata elegancia y estilo, que año tras año la coronan como una de las mujeres más elegantes de nuestro país.
Discreta, de modales exquisitos y una elegancia innata, solo su hija Tamara Falcó está consiguiendo acercarse a ella. La propia Isabel ha afirmado: "Tamara hace mucho tiempo que es mi sucesora".