Siempre va perfecta y vestida acorde para cada ocasión. Desde que se convirtió en el alma de casi todas las fiestas, resulta prácticamente imposible encontrar un estilismo de Carmen Lomana fallido. Como nos demostró durante el pasado confinamiento su vestidor esta repleto de auténticos tesoros de las primeras firmas, desde vestidos a chaquetas, pasando por zapatos, bolsos y joyas, de los más grandes diseñadores, entre ellos Valentino, Chanel, Oscar de la Renta, Prada... Algunas de ellas, ya prendas vintage que podrían estar en un museo. De hecho, Carmen realizó una exposición en el Museo del Traje de Madrid con algunos de sus diseños más preciados.
Después de alegrarnos la cuarentena convertida en la confinada más chic, la socialité ha vuelto a retomar la vida social y entre esa actividad están las comidas con sus amigos. En una de esas salidas ha sido cuando nos hemos sorprendido con su look que nos ha llevado a preguntarnos ¿ha patinado por primera vez Carmen Lomana con la elección de su estilismo? Y la respuesta no la tenemos demasiado clara.
Desde luego no podemos decir que no vaya a la moda. Desde la chaqueta de mangas abullonadas ochenteras, al cesto de mimbre, todo es pura tendencia, pero quizás excesiva tendencia todo en el mismo look. Acostumbradas a verla con sus estilismos más bien clásicos, pero a la vez con un toque de moda, para su última salida apostó por algo más marcado y es precisamente eso lo que nos descoloca.
Un look muy marcado
Carmen rescató un conjunto de la colección Primavera-Verano 2018 de Dolce&Gabbana, formado por una falda lápiz midi, que era todo un homenaje al artista pop por excelencia Andy Warhol y sus latas de sopa de tomate Campbell, junto con una camiseta con mensaje, también de la firma italiana. Lo acompañó con una chaqueta blanca de con llamativas mangas abullonadas, muy años ochenta.
La combinación de la falda y la camiseta era la misma que presentaron los diseñadores italianos sobre la pasarela de la Semana de la Moda de París en septiembre de 2017.
En los complementos combinó los zapatos de salón J'Adior, en charol rojo, un clásico de la firma francesa, con un cesto de mimbre, el bolso por excelencia del verano. Tampoco le faltaron las gafas de sol y unos grandes pendientes de aro.
Carmen tiene varios modelos de este zapato, con tacón más o menos alto y en diferentes colores. El precio es de 750 euros.
Y después de analizar con detalle su look no sabemos por qué decantarnos, pero de lo que sí estamos seguras es que en otras muchas ocasiones la hemos visto bastante más favorecida.