Ha sido una de las mejor vestidas de lo que llevamos de verano. Sus elecciones para las alfombras rojas han convertido a Penélope Cruz en una de las grandes protagonistas de la última edición del Festival de cine de Venecia, un evento que ha vuelto a llevar el glamour a la ciudad de los canales.

Ganadora de noche, pero también de día

Y aunque los looks de Penélope Cruz sobre la alfombra roja han sido, en general, sobresalientes, si en algo ha destacado ha sido por lo chic de otros estilismos, los elegidos para esos actos nos tan de gala, porque ha estado de lo más acertada.

Lo ha hecho gracias a conjuntos de dos piezas y vestidos, pero sobre todo, gracias a Chanel. La maison francesa está detrás de todos los estilismos que Penélope ha utilizado en ruedas de prensa y apariciones en la ciudad italiana.

Desde el primer día

De hecho, su llegada a Venecia ya fue toda una declaración de intenciones. Penélope aterrizaba -o más bien atracaba- en la sede del Festival del brazo de Pedro Almodóvar para inaugurarlo con la proyección de ‘Madres paralelas’, su último trabajo, y con un conjunto de dos piezas firmado por Chanel.

Completaba ese look con una camiseta básica que restaba seriedad sin quitarle protagonismo al traje y unas sandalias blancas. Todo ello hacía del estilismo un perfecto look working girl en el que inspirarse para ir a la oficina.

Su siguiente elección fue en la misma línea: un traje de chaqueta y falda de tweed que gritaba a los cuatro vientos que era también de Chanel. El clásico tejido y el diseño no dejaban lugar a dudas, pero por si acaso, los botones con el logo de la casa lo afirmaban con rotundidad.

Para esa ocasión contaba con otro bolso, también firmado por Chanel como el anterior, y unas sandalias negras que estilizaban sus piernas y ponían el contrapunto para jugar con la combinación de colores del interior del conjunto.

En cartel con dos películas

Para cerrar sus apariciones matutinas, Penélope apareció en la presentación de la sección oficial del festival con un estilismo más que impecable. Llegó maquillada por Lancôme, la otra casa francesa de la que es embajadora, y vestida una vez más por la firma que durante tanto tiempo gestionó su amigo Karl Lagerfeld. Y dio en la diana con un vestido blanco de punto de escote Bardot con pespuntes negros.

Lo acompañó de unas sandalias negras, que llevaban un tacón diferente, a base de esferas, y un bolso redondo fabricado en madera que firmaba también Chanel. Un outfit perfecto para despedir los últimos días de sol y calor desde uno de los rincones más glamurosos del planeta.