Lydia Lozano tiene muy claro cuál es el estilo que mejor le sienta, pero de vez en cuando, introduce ligeros cambios. Este es el estilismo más combativo que le hemos visto hasta la fecha, y es gracias a un look guerrero que, además, da un poco de color a los días más fríos de año.

Un cambio pero manteniendo su línea

El conjunto en cuestión es un dos piezas como los que suele llevar en el plató y que tan bien le sientan. Está formado por una camisola y un pantalón anchos que además aportan un plus de comodidad. Son de una de sus firmas de cabecera, Thannac, pero estos tienen un punto diferente: el estampado.Las dos prendas llevan un estampado de tipo militar, pero jugando con los colores. Porque va más allá de los clásicos tonos marrones y arena, o de los verdes, más habituales en este tipo de tejidos por su uso original como camuflaje. El traje de Lydia Lozano juega con los grises, los negros y un tono rompedor que de discreto tiene más bien poco: el fucsia. Y es que con él es difícil pasar desapercibida.

Un pack no tan indivisible

El conjunto está a la venta en las tiendas físicas de la firma, que están en Madrid pero también en su página web. Allí se venden ambas prendas juntas por un precio de 139 euros. Pero, aunque está pensado para lucir la camisola y el pantalón juntos, pueden conjuntarse con otras opciones.Así, la camisola encaja también con leggins o con pantalones vaqueros y el pantalón fluido con cualquier camiseta o jersey de manga larga, pero eso sí, mejor si el acompañamiento va en tonos grises o negros, para no llevar demasiada mezcla.

Un estilo habitual en el armario de Lydia

Aunque el conjunto llama la atención por el estampado y el colorido, es cierto que la fórmula es una de las más habituales en los estilismos del Lydia. La periodista suele optar por esta fórmula de camisa o camisola amplia y pantalón.Algunas veces lo hace con pantalones pitillo y kimonos, que también le funcionan a la perfección, pero la idea es la misma: centrar la atención en la parte superior con prendas largas hasta la cadera y con mucha caída. Y alguna que otra vez también se cuelan en sus looks los vestidos, que siempre van en la misma línea que los kimonos y las camisolas: en clave relajada, sueltos, sin ajustarse demasiado a la silueta y siempre con un largo que pasa de la rodilla.