París, esa ciudad que siempre consigue alzarse como el corazón latente que marca el ritmo de la moda, se encuentra inmersa en la esperada Semana de la Moda de Alta Costura. Desde hace unos días, sus calles empedradas y sus icónicas avenidas han sido testigos de una deslumbrante peregrinación de celebridades, diseñadores y amantes de la moda, todos reunidos para presenciar las más exclusivas creaciones de los ateliers más prestigiosos del mundo. Si bien ayer el desfile de Dior monopolizó los titulares gracias a su magistral puesta en escena, Giambattista Valli nos recordó por qué su nombre resuena tan fuerte entre las fashionistas: porque nunca decepciona, ni con sus colecciones ni con su selecto front row.
Entre los rostros conocidos que no quisieron perderse esta cita de la moda, destacaron personalidades como Tina Leung, la siempre impecable Araya A.Hargate, Clara Kong, Megan Thee Stallion y Bianca Lee Vasquez. Incluso se dejaron caer por el evento algunos rostros conocidos españoles como Pelayo Díaz o la actriz Hiba Abouk. Sin embargo, por encima de todo, los flashes terminaron posándose en dos figuras muy especiales: las princesas Alexandra de Hannover y su prima Eugenia de Hannover, hija del príncipe Heinrich de Hannover, a su vez hermano menor de Ernesto de Hannover. Ambas, representantes de la aristocracia europea y herederas de no solo de títulos nobiliarios, sino de la elegancia que precede a su familia, protagonizaron un auténtico duelo de estilo como hacía mucho que no vivíamos.
Alexandra de Hannover: un clásico que nunca falla
La princesa Alexandra de Hannover, conocida por su afinidad hacia las piezas clásicas con un toque moderno, apostó por un vestido mini de lentejuelas negras que brillaba con cada movimiento. Este diseño, destacó y mucho por su textura brillante, sino también por los exquisitos detalles de encaje blanco que adornaban las mangas, el pecho y el bajo del vestido. La delicadeza de este delicado chantilly creaba un interesante contraste con la audacia de las paillettes.
Para completar el look, Alexandra optó por unas medias negras bastante opacas que la protegían del frío parisino y que daban paso a unos mocasines con detalles en blanco que aportaban un guiño inesperado al estilismo. Un detalle que nos recordaba a la última propuesta de Gigi Hadid en New York. Es una sentencia de moda: los mocasines este año serán en dos colores o no serán.
Por otro lado, su bolso, un pequeño diseño negro con textura, fue una elección acertada que reforzaba la coherencia de su estilismo y, aquí, ponemos un asterisco. ¿Estuvo a la altura de la propuesta de su prima? Ahora lo vemos.
En cuanto al makeup, la joven siempre opta por usar el mínimo maquillaje posible. Como ya es costumbre en la joven princesa, con un rubor apenas perceptible y un brillo sutil en los labios que permitían que su look total brillara por sí solo. Alexandra demostró una vez más por qué es considerada una de las princesas con más estilo de Europa. Sin embargo, en esta ocasión, su prima Eugenia consiguió hacerle sombra sin querer.
Eugenia de Hannover: el triunfo del estilo boho chic
La princesa Eugenia de Hannover, menos habitual en la escena pública que su prima, logró que todas las miradas se posaran en ella gracias a un estilismo que encapsulaba a la perfección el espíritu de las creaciones de Giambattista Valli. Su elección fue un vestido largo de inspiración bohemia, decorado con un estampado floral en tonos rosados y azulones que nos ponía por delante, como carta de presentación, una estética romántica y delicada. El corte del vestido, fluido y etéreo, parecía casi una extensión natural de las propuestas de la colección que la firma de moda presentó esa misma tarde.
Pero el verdadero golpe maestro de Eugenia llegó con sus complementos. Sobre el vestido lució una chaqueta de terciopelo negro, profusamente bordada con motivos ornamentales que añadían textura al conjunto. Este toque de opulencia -que también aportaban los guantes- no solo contrastaba maravillosamente con la ligereza del vestido, sino que también hablaba de una capacidad innata para mezclar estilos y materiales con mucho garbo.
En cuanto a los accesorios, Eugenia llevó un collar de abalorios metálicos que aportaba un toque de brillo extra y enmarcaba elegantemente su rostro. Sin embargo, la joya de la corona –y nunca mejor dicho– fue su bolso escultura en forma de tortuga dorada que no solo capturaba la atención de todos los presentes, sino que también añadía un toque de humor y originalidad al look. Este detalle, completamente inesperado pero encantador, terminó por conquistarnos y se ganó a pulso su puesto como la mejor vestida de la velada.