Ayer, el Teatro Real de Madrid se convirtió en el epicentro del glamour y la alta sociedad con el estreno de la ópera Adriana Lecouvreur de Francesco Cilea, que marcaba el inicio de la temporada lírica 2024/25. Entre las personalidades más esperadas se encontraba Carmen Lomana, para muchas una indiscutible reina del estilo y la elegancia, no dudó en deslumbrar a todos con un look impecable que acaparó todas las miradas. En un paseillo por el que desfilaron también otros célebres invitados como el Rey Felipe VI, la Reina Letizia, Isabel Díaz Ayuso y un buen número de famosos, Lomana se dejó ver con un impecable estilismo. La socialité, como gran aficionada a la ópera, un arte que adora, aprovechó la ocasión para sacar de su vestidor (y de su joyero) la artillería pesada. Desde luego, Carmen no fue a pasar desapercibida, sino a dejar claro que su pasión por la moda sigue más viva que nunca, y ayer demostró, una vez más, por qué sigue siendo una de las socialités más icónicas de España.
El vestido de falsas transparencias de The IQ Collection de Carmen Lomana en el Teatro Real
Para este gran evento, Lomana confió en un diseño de The IQ Collection, la firma de moda fundada por Inés Domecq y Virginia Pozo, que se ha consolidado como un referente en cuanto a moda de invitada se refiere. El vestido en cuestión, con su sofisticado juego de falsas transparencias, fue la elección perfecta para una noche tan especial. Se trataba de un naked dress lleno de detalles únicos, que combinaba franjas negras dispuestas en un patrón de zigzag y adornos trenzados que recorrían el escote, los hombros y el bajo de la falda midi; el diseño resultaba una verdadera obra de artesanía que destacaba entre el resto de asistentes.
Este tipo de vestido, ajustado al cuerpo en el talle, pecho y mangas, le sentaba de maravilla a Carmen; moldeaba su figura y acentuaba su silueta con el juego claroscuros de la prenda. La falda, de corte midi y línea A, equilibraba las proporciones y le daba ese toque de comodidad a su outfit. Un diseño tan espectacular que no es de extrañar que ya esté agotado desde hace tiempo. ¿Lo mejor? No es la primera vez que este vestido triunfa en una ocasión especial. De hecho, la propia Inés Domecq lo lució en la boda de Borja Prado y Catalina Vereterra el año pasado, aunque su versión incluía paillettes negras súper brillantes que añadían un extra de glamour al conjunto. Lomana, en esta ocasión, optó por una versión más sobria pero igualmente impactante.
El mini Kelly de Hermès, el toque exclusivo que colecciona
Pero no solo el vestido fue el centro de atención; el look de Carmen Lomana estuvo perfectamente rematado con uno de los bolsos más exclusivos que existen: el mini Kelly de Hermès. Este codiciado accesorio es ya un símbolo de estatus y una joya que pocas pueden permitirse. La exclusividad de este bolso lo ha convertido para muchas coleccionistas de moda -como ella- en un objeto de deseo. Lomana, que tiene en su haber una impresionante colección de bolsos de lujo, no dejó pasar la oportunidad de lucir una de las piezas más icónicas de su armario. Un complemento ideal que, junto con el vestido de The IQ Collection, lograba ese equilibrio perfecto entre distinción y elegancia.
Los zapatos joya y los pendientes de escándalo
El capítulo de los complementos de este look no estaría completo sin hablar de los lujosos zapatos de tacón fino que Carmen Lomana lució con maestría. Estos no eran unos zapatos cualquiera; se trataba de auténticas joyas para los pies, que brillaban tanto como los focos que alumbraban la sala del Teatro Real. El tacón fino aportaba delicadeza, mientras que los adornos en pedrería en el empeine añadían ese toque de opulencia que tan solo Aquazzura sabe dar a cualquier estilismo. Lomana eligió este diseño, cuyo precio roza los 500 euros, con tul para incluir la tendencia de calzado 'mesh'.
Sin embargo, si algo logró eclipsar incluso a sus impresionantes zapatos, fueron los pendientes de cruces que Carmen eligió para completar su conjunto. Un diseño que bien podría haber formado parte de la temática de la Met Gala 2018, cuando el dress code versaba "Heavenly Bodies: Fashion and the Catholic Imagination". Estos pendientes, firmados por Dolce & Gabbana, resultaron ser la guinda del pastel. Una carísima guinda, por cierto.
El altísimo precio de los pendientes de zafiros negros de Carmen Lomana
El diseño de estos pendientes no dejaba indiferente a nadie. Con un cierre de clip y un perno oculto, los pendientes se componían de tres elementos dispuestos en cascada: un rosetón de zafiros negros en la parte superior, seguido de una cruz con decoraciones florales elaboradas con los mismos zafiros, y una perla en forma de gota al final, que añadía ese toque clásico y recargado que caracteriza a las piezas de Dolce & Gabbana. Para rematar, cuatro pequeñas medallas con imágenes de la Virgen y querubines colgaban delicadamente de la estructura, mientras que el logotipo de la firma italiana quedaba oculto discretamente en la parte posterior.
El precio de estos pendientes no era apto para todas las economías. Su valor alcanza los 12.500 euros y todavía están disponibles, naturalmente, en la página oficial de la marca.