Las chaquetas enceradas tipo Barbour han regresado con fuerza esta temporada, y no es algo que sorprenda. Desde sus inicios como prendas diseñadas para la caza y actividades al aire libre, estas icónicas chaquetas han sabido adaptarse a las tendencias del siglo XXI sin perder ni una pizca de su esencia. En su día, eran símbolo de la vida campestre británica, pero hoy, su funcionalidad y estilo las han llevado de los campos a las calles más urbanas. Este invierno, las chaquetas enceradas se están agotando en las tiendas a una velocidad asombrosa, y su versatilidad, resistencia y encanto atemporal las convierte en un must para combatir el frío y la lluvia.
Las chaquetas enceradas tipo Barbour: una tendencia que se reinventa
La historia de las chaquetas Barbour es fascinante. Aunque en sus comienzos estaban estrechamente ligadas a la caza y la vida rural, han encontrado su lugar en el armario de todo amante de la moda que busque una prenda clásica pero con personalidad. Desde la realeza británica hasta las it-girls más influyentes, todos se han rendido a sus encantos. Lo que hace especiales a las chaquetas Barbour no solo es su capacidad para mantenerse fieles a sus raíces, sino su facilidad para reinventarse y adaptarse a las tendencias actuales.
Si bien estas chaquetas nacieron como prendas pensadas para proteger de las inclemencias del tiempo, hoy han trascendido esa etiqueta de “ropa para el campo”. Ahora, son el comodín perfecto par hacer frente a un 'rainy day look'. La combinación de su diseño atemporal y su espíritu vintage hace que cada temporada las veamos en las calles.
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Fundada en 1894, Barbour ha sido sinónimo de resistencia y durabilidad desde sus inicios. Su creador, John Barbour, comenzó a fabricar prendas enceradas para proteger a los pescadores y marineros del frío y la humedad del noroeste de Inglaterra. Sin embargo, con el paso del tiempo, la firma ha evolucionado hasta convertirse en un emblema de la moda británica.
Aunque la marca Barbour fue fundada por John Barbour, su gran salto hacia el éxito global se debe en gran parte a Dame Margaret Barbour, quien asumió el liderazgo de la empresa tras la muerte de su esposo en 1968. Margaret no solo mantuvo viva la tradición de Barbour, sino que la llevó a nuevos horizontes. Bajo su liderazgo, la marca no solo se consolidó en el ámbito rural, sino que también comenzó a atraer a un público más urbano y cosmopolita. ¿Quién puede olvidar la imagen de la reina Isabel II con su pañuelo en la cabeza y su chaqueta Barbour o a Lady Di de visita en Escocia elegantísima con la misma prenda? Sin embargo, aunque el estilo clásico de Barbour siempre ha sido inconfundible, esta prenda ha sido replicada hasta la saciedad.
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Las chaquetas clásicas de Barbour se caracterizan por su corte, un pelín más corto que un tres cuartos, sus diseños en tonos verde militar, azul marino o marrón oscuro, y su inconfundible cuello de pana que le da ese toque extra de elegancia. Además, están hechas de algodón encerado, lo que no solo las convierte en prendas impermeables, sino que también les otorga ese brillo y textura que las hace tan características. Su durabilidad es legendaria, tanto que es común ver chaquetas Barbour que han pasado de generación en generación, ganando con el tiempo ese aire desgastado que tanto se lleva hoy.
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Si bien la calidad de una auténtica Barbour es inigualable, en los últimos años hemos visto cómo diferentes firmas low-cost como Zara o Mango han lanzado sus propias versiones de las chaquetas enceradas. Aunque estas opciones ofrecen una estética similar, la realidad es que, cuando se trata de durabilidad y diseño, Barbour sigue siendo la referencia indiscutible. Estas versiones más económicas pueden ser una excelente opción si buscas hacer de un look rural algo cosmopolita y muy trendy sin tener que hacer una gran inversión. No obstante, el acabado y el inconfundible olor a cera de las auténticas Barbour son difíciles de replicar.
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Este invierno, las chaquetas enceradas están en alza. Ya sea en su versión más asequible o en su formato original, estas prendas se han convertido en una pieza clave en los armarios de las más fashionistas. Y es que no solo son perfectas para los días de lluvia, sino que, además, si están desgastadas o ajadas, ¡mejor aún! Lo envejecido y vivido está más de moda que nunca, y estas chaquetas no hacen más que ganar encanto con el paso del tiempo.
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Uno de los aspectos más curiosos de las chaquetas enceradas es su aroma. Sí, suena inusual, pero el olor a cera impregnado en la tela es parte de su encanto. Ese aroma único no solo indica la alta calidad del encerado, sino que es un recordatorio de la funcionalidad original de la prenda.