Hay mujeres cuyo estilo no sigue tendencias: las dictan con cada uno de sus looks.Carmen Lomana pertenece a esa estirpe exquisita que entiende la moda no como una acumulación de logos ni como una carrera por llevar “lo último”, sino como una manifestación consciente —y deliberada— del gusto, la personalidad y la memoria. Porque, aunque la frivolidad se haya convertido en comodín para desacreditar la estética, hay gestos que demuestran que el estilo verdadero es, en realidad, una forma de cultura.

Así lo ha demostrado la empresaria y socialité con su último look, un estilismo que —en apariencia sencillo— está plagado de matices, evocaciones personales y guiños a la sofisticación auténtica, esa que no necesita etiquetas ni precios desorbitados para imponerse. Lomana ha conseguido algo que solo las auténticas fashionistas logran: hacer de una falda de mercadillo una pieza con la que robar titulares. Y lo ha hecho, además, con las sandalias más deseadas por las insiders de moda.

La falda del mercadillo de Llanes de Carmen Lomana

La falda del mercadillo de Llanes de Carmen Lomana

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El look de Carmen Lomana más primaveral: falda de mercadillo y top básico

Todo buen estilismo empieza por una base sólida. Y en este caso, Lomana opta por una de esas piezas que deberían tener derecho a monumento: el top negro de escote en pico. Su simplicidad no es trivial, sino estratégica. El negro —eternamente asociado al minimalismo más evergreen— sirve de contrapunto sobrio a la alegría cromática del resto del outfit. Con mangas tres cuartos y un escote simple que realza el cuello y estiliza el torso, el top actúa como columna vertebral de un look donde cada pieza tiene su propio protagonismo. 

El top más atemporal de Carmen Lomana

El top más atemporal de Carmen Lomana

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La falda con historia (y alma) de mercadillo

La verdadera joya del conjunto, sin embargo, es la falda. Una pieza fluida, estampada en tonos carmín, frambuesa y pinceladas florales con un cierto aire de los años setenta, que evoca tardes de paseo, bailes de verano y mercados ambulantes donde aún se pueden encontrar tesoros si se sabe mirar. Carmen no ha dudado en compartir su origen: un mercadillo de Llanes. Porque sí, hay que saber llevar un Dior, pero también hay que tener criterio —y confianza— para enamorarse de una prenda entre tenderetes.

En el concejo de Llanes la familia de Lomana tiene casa desde hace décadas, es más que un enclave sentimental: es un escenario de veranos de infancia, de costumbres que resisten, de moda con alma. Que esta falda venga de allí es casi una declaración de principios: la elegancia también se hereda y se cultiva en los lugares en los que uno ha sido feliz.

Además, en términos de tendencias, la falda midi con vuelo vuelve a ocupar el centro del look. En un contexto en el que la feminidad se reivindica con nuevas formas, este tipo de silueta —flotante y poco ajustada— ofrece esa sensación de libertad que todas buscamos en nuestros días de descanso. Es boho, pero lo justo. Y eso, amigas, no se aprende: se intuye.

Las gafas de Yves Saint Laurent de Carmen Lomana 

Las gafas de Yves Saint Laurent de Carmen Lomana 

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El bolso de rafia: elegancia natural 

Completando el look, la coleccionista de moda ha optado por un bolso de rafia estructurado, tipo cesta, con asa rígida de cuero en tono tierra y cierre metálico. Un accesorio que podría haber salido de cualquier tienda ibicenca. La rafia ha trascendido su etiqueta estival para instalarse como accesorio de larga estancia en nuestro armario. Es un material que dialoga con una gran variedad de tejidos. 

Sandalias Enea Black de Cuchy 159 euros

Sandalias Enea Black de Cuchy 159 euros 

Cuchy

Las sandalias joya de firma española, pero que hablan griego 

Pero si hay un elemento que merece capítulo aparte, son sus sandalias. Porque no se trata de un calzado más, sino de una elección que articula todo el discurso estético del conjunto. Carmen Lomana calza el modelo Enea Black de la firma Cuchy, una sandalia que bien podría haber sido diseñada para una musa helénica reencarnada en el siglo XXI.

Realizadas en piel de vacuno de primera calidad, estas sandalias planas elevan el concepto de calzado veraniego a un nivel superior. El detalle que las distingue es su ornamentación: joyas elaboradas con monedas griegas antiguas bañadas en oro de 24 quilates. No es casual. En un mundo donde lo efímero se impone, las sandalias Enea son un recordatorio de lo perenne, de lo que tiene historia. 

Las sandalias de Cuchy de Nuria Roca

Las sandalias de Cuchy de Nuria Roca

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La firma favorita de las famosas

Cuchy ha logrado una alquimia perfecta entre comodidad y arte. Con tira lateral ajustable, suela antideslizante y un diseño que alarga visualmente la pierna —perfecto para quien no quiere renunciar a la elegancia pese a optar por calzado plano—, las Enea son la respuesta a una pregunta que muchas se hacen: ¿es posible ser sofisticada sin subirnos a un tacón de 10 cm? La respuesta es un rotundo sí.

Y no es de extrañar que otras mujeres de estilo definido —y sin miedo al eclecticismo— como Nuria Roca o Eugenia Martínez de Irujo las hayan incorporado a su zapatero primaveral. Ambas comparten esa predilección por lo étnico-chic, por el lujo con historia, por el calzado que no solo acompaña, sino que representa. Las Enea son un manifiesto, no una moda pasajera. Y eso las hace aún más valiosas.