El pasado 22 de mayo tenía lugar una de las primeras bodas del año. Y, probablemente, también la más especial de todas. Hablamos, cómo no, del enlace entre Belén Corsini y Carlos Fitz-James Stuart. que tuvo lugar en el Palacio de Liria y que pasará a la historia por ser una de las bodas más especiales de todos los tiempos. Fue un evento redondo al que acudieron algunas de las mujeres más estilosas de nuestro país como Sofía Palazuelo o Inés Domecq y donde la novia deslumbró de la mejor de las maneras. Algo que la recién estrenada condesa de Osorno ha vuelto a hacer este sábado, casi cuatro meses después de su gran día. Esta vez, en el lado de las invitadas. Y es que su hermana, María Corsini, hoy mismo se ha dado el «sí, quiero» con Diego Osorio.

El evento ha tenido lugar en la finca familiar de la Dehesa de Valbueno, en Cabanillas del Campo, una pequeña localidad de Guadalajara que en la actualidad pertenece a la chef y jurado de Masterchef, Samantha Vallejo-Nájera. Y hasta allí se han desplazado los novios e invitados para disfrutar de una jornada de lo más emotiva.

El traje de novia de María Corsini

María Corsini, para este especial día, no ha querido apostar por el traje de novia clásico y tradicional y, como su hermana, ha querido añadirle un agradable twist que nos ha hecho especial ilusión. Y es que, como la condesa de Osorno, la menor de los hermanos Corsini ha apostado por un vestido romántico decorado con delicadas flores. Al contario que su hermana, que visitó de impoluto blanco, María Corsini ha querido lucir un diseño en blanco roto. Eso sí, su vestido también ha sido de corte imperio.

Así fue el look nupcial de Belén Corsini

Belén Corsini lució en su boda un vestido de Navascués, una de las más reconocidas firmas nupciales de nuestro país, fundada por Cristina Martínez-Pardo Cobián hace más de cuarenta años. Un diseño de corte imperio con escote en ‘V’ realizado en georgette pesante de seda natural con doble falda y enagua en satin con remate bordado y mangas de una pieza abullonadas. La cola, independiente, de tul plumetti bordado sobre gazar, Recogió su melena con una coleta peinada con ondas, de la que prendía su velo de tul plumetti con una joya de brillantes de la familia como pasador. El maquillaje, muy natural, completaba el perfecto look nupcial.

Tras la ceremonia religiosa, la novia se desprendió tanto de la cola como del velo, para poder disfrutar con más comodidad del cóctel, y en ese momento se pudo ver el vestido al completo con el original escote rectangular en la espalda. Además del pasador, unos pendientes de brillantes, que pertenecían a su abuela, fue la joya más destacada.