La vida es caprichosa, incluso para los ganadores de la Lotería de Navidad. Aquellos que han tenido un golpe de suerte como es tener el décimo premiado de El Gordo saben cuanto te cambia la vida, aunque no siempre es para bien. Según dicen el 70% acaba arruinado, un final sobre el que hemos charlado con la psicóloga Lara Ferreiro. También sobre otra cuestión como es el síndrome Papá Noel, por el cual se colma de regalos a las personas de tu alrededor. Pero volvamos al quid de este artículo, que no es otro que recordar la historia de un lotero que acabó condenado a 22 años de prisión por estafa

Corría el año 1951 cuando salió a la luz el caso Escámez, en el cual el protagonista era Miguel, un lotero sevillano que vendió participaciones del sorteo de Navidad "sin el suficiente respaldo". Esto quiere decir que imprimió y vendió muchas más participaciones de lotería de lo que tenían en la administración. En concreto, de los números 02704 y 02703. En resumen, Miguel Escámez imprimió participaciones falsas sin control alguno en las administraciones 'La Europa' y 'Doña Francisquita', ambas de la ciudad hispalense. 

El plan lleno de fisuras de un lotero sevillano

Sin embargo, lo que parecía un plan sin fisuras falló y es que uno de los números resultó premiado, el 02704. Si bien cada décimo fue vendido por una peseta, los premiados quisieron cobrar 7.500, pero no todos pudieron. A pesar de que Miguel Escámez trató de salvarse pagando él mismo de su bolsillo, pronto la policía se percató de la estafa y fue condenado a prisión. 

Obtuvo más de 15 millones de pesetas, pero la Brigada de Investigación Criminal descubrió lo sucedido. Pronto fue descubierto, de hecho, fue condenado por un delito de falsedad como medio para cometer estafa y por apropiación indebida. Junto a él cayeron dos de sus trabajadores, que fueron condenados a ocho años de cárcel. 

Esto provocó que la Policía convocara a los premiados en comisaría, siendo muchas las historias de premiados. Muchas de ellas desoladoras. Mientras hubo quien pensó que por primera vez la suerte estaba de su parte, otros se arruinaron comprando cosas que finalmente no pudieron pagar. 

Se catalogó como la mayor estafa lotera de los tiempos, pues vendió a miles de personas de Madrid, Guadalajara, Sevilla, Algeciras, Huelva el mismo número. Todo un escándalo sobre el que las autoridades policiales se pronunciaron desvelando que se habían recuperado 5.000 participaciones falsas, pero la venta fue mucho mayor. Décimos cargados de ilusión que terminaron por convertirse en una auténtica pesadilla. 

Una historia que no es aislada desgraciadamente. En Logroño solo seis años después de este escándalo, se vendieron muchas más participaciones del 53.414, por lo que se condenó a Román Vázquez. Años después, en Palencia, sucedió algo similar. 

Será el próximo 22 de diciembre cuando salgamos de dudas y sepamos cuál es nuestra situación, al menos en lo que respecta a la Lotería de Navidad. Será entonces cuando se repartan los 2.590 millones de euros entre 185 millones de décimos emitidos.