Para muchos sería el colmo de los colmos. Una historia de la que nadie quiere ser la excepción. El 22 de diciembre de 2011, hace exactamente trece años, se repartieron varios millones de euros del 'Gordo' de Navidad en Sodeto, Huesca. Más de 70 hogares se hicieron con él, pero hubo uno que no lo compró. Nos referimos a Costas Mitsotakis, un cineasta griego que lejos de tomarse mal este golpe de suerte para el resto, decidió vivirlo de un modo que, a día de hoy, se aplaude dentro y fuera de nuestras fronteras.
Y es que el no agraciado no se hundió en la tristeza, sino que cogió su cámara y grabó la felicidad de sus vecinos. Estas imágenes tiempo después vieron la luz en 'Cuando tocó', un documental que mostró cuánto cambió la vida de los vecinos que sí habían ganado el primer premio de la lotería. El número en cuestión era el 58.268, el cual, por cierto, fueron vendiendo puerta por puerta la Asociación de Amas de Casa en este pueblo de Huesca. Sin embargo, Costas se encontraba fuera de casa.
Pero, ¿en qué invirtieron el premio los que sí estaban premiados? Aunque cada uno tenía agujeros diferentes que tapar, muchos de ellos se centraron en pagar deudas agrícolas. "Muchos estaban hasta el cuello con los préstamos sobre el regadío y se los pudieron sacar de encima", contó Costas en 'El Periódico'. Solo dos tuvieron un gesto con él, algo que agradece profundamente y que él ha sido incapaz de borrar de su memoria. Eso sí, no cuenta de qué se trata.
Llama poderosamente la atención que desde aquel momento se cerraran las puertas por dentro, algo que jamás había sucedido. De repente vieron cómo su nombre y el de su pueblo estaba en boca de todo el mundo, por lo que empezaron a tener cierto miedo a ser asaltados. Ninguna precaución era suficiente.
Para Costas no hacerse con el ansiado premio no le ha hecho comprar el número que ofrecen las amas de casa de Sodeto año tras año. Se pregunta incluso por la locura desenfrenada que desata la Lotería de Navidad, una cuestión a la que todavía no ha encontrado respuesta.
Mitsotakis vive en una casa muy cercana al pueblo, a tan solo un kilómetro de Sodeto. Desde allí ha concedido más de una entrevista en la que cuenta cómo se siente al ser el único en todo su pueblo que no recibió una lluvia de millones: "Para mí, como griego que soy, la lotería no es algo tan importante como para un español. No sabía casi ni que era el día del sorteo de Navidad. Me enteré porque un compañero me llamó desde el tren, entre Zaragoza y Madrid, y me dijo que el nombre de Sodeto sonaba mucho en la radio, por lo del Gordo".
En su caso, se alegra enormemente por sus vecinos, aunque reconoce que cuando le tocó la lotería en su pueblo se vivió un auténtico caos. Una situación que quedó atrás y de la que recuerda anécdotas como el día en el que un vendedor de coches de lujo se presentó en Sodeto. Fueron muchos los que se negaron a comprarlos, pero sí a adquirir tractores, a lo cual iban a darle mucho más uso.