El paso de Raoul Vázquez por la academia de Operación Triunfo no dejó indiferente
a nadie. El joven, que entró con tan solo 20 años, se convirtió en uno de los favoritos
desde el primer momento y al salir se encontró con una fama y una popularidad que
no esperaba y que su familia se tomó con naturalidad y experiencia. Y, aunque lo del joven fue toda una revolución, los Vázquez ya llevaban años siendo conocidos en el
mundo del deporte por otro de sus miembros. Hablamos de Álvaro Vázquez, jugador del Getafe y el Espanyol y hermano mayor de Raoul.
Una nueva etapa
SEMANA se sienta con el cantante barcelonés para celebrar la llegada de su primer disco y conocer la catarsis que significó para él este concurso, ya que fue allí donde decidió dar un paso al frente y hablar de su condición sexual. Nuestro protagonista nos habla de sus miedos a no ser aceptado, de lo difícil que es el mundo de la música, de su familia (con la que vive en una impresionante casa en la que tiene una planta para él solo) y de El Pecado, un trabajo en el que se ha desnudado en cuerpo y alma para que la gente conozca quién es él, aunque esto mismo, según nos confiesa en esta entrevista, ha preocupado a sus padres.
Cuando estás en casa, si te miramos por un agujerito ¿qué te veríamos haciendo?
Pues seguramente haciendo ruido con el piano, a los vecinos quejándose y disfrutando de unos berberechos. Me gusta mucho estar en mi casa, sobre todo, cuando llueve. Creo que esto último tiene que ver porque soy un chico de la costa (se ríe).
¿Eres bueno en la cocina?
La verdad es que soy bastante manitas porque tanto mi padre como mi madre son
grandes cocineros y en casa el hijo que mejor se apaña en la cocina soy yo. Disfruto mucho de la cocina y de que me enseñen mis padres. Son unos cracks.
Estamos aquí por un motivo muy especial para ti, porque después de cinco años, por fin, sacas tu primer álbum ¿Cómo te sientes?
Me siento muy feliz porque estoy cumpliendo mi sueño. Después de cinco años siempre había querido que llegara este día y enseñarle a la gente muchas cosas que tenía que contar, sobre todo ahora, en este momento que me siento en un punto muy fuerte personalmente para poder hacer el trabajo que he hecho.
Es un disco muy personal en el que hablas de los miedos que tenían a no ser aceptado ¿Te ha costado desnudarte?
Yo siento que sí, que es un disco muy personal, pero que a la vez estoy explicando mi
historia y la de muchas personas. Creo que era el momento exacto para hacerlo, porque es cuando de verdad me ha salido de dentro. Cuando entré en la academia tenía 20 años, ahora tengo 26. Creo que he me conozco mejor, he sabido identificar bien quién soy y, al final, creo que el tiempo me ha dado el poder hacerlo de esta
manera y abrirme sin ningún tipo de vergüenza ni miedo.
Has confesado haber tenido que parar tu carrera para poder reencontrarte.
He tenido una situación complicada a nivel musical, porque no todo me ha venido
rodado. He tenido que salir, luchar y trabajar yo solo contra viento y marea. No he te nido ningún padrino ni ningún manager musical que luche musicalmente por mí. He tenido que poner y sacarme yo las castañas del fuego y por esto también me ha llevado tiempo poder hacerlo, porque lo he sudado por todo mi cuerpo.
¿Te sentiste prisionero de tu casa de discos?
Me sentí mucho tiempo prisionero de mí mismo, sobre todo, para contentar a los
demás.
¿Y eso cómo se trabaja?
Es como una voz que tienes dentro, que tienes que escuchar. Es una especie de runrún que no puede parar, que no lo puedes silenciar... no puedes frenar quien tú eres realmente.
¿Te costó asumir tu homosexualidad con tu familia?
En el disco hay una canción que se titula Príncipe. Ahí hablo de la aceptación de mi madre, que en realidad no fue tan complicada, pero sí que era algo a lo que tenía miedo. Es normal tener miedo a la no aceptación familiar y social, porque así nos educan. Y con ella la verdad es que fue muy bien, todo fue muy bonito. A mí me hubiera encantado escuchar un disco como el que he hecho yo cuando era pequeño,
porque no tenía ningún referente real en televisión.
¿Y cómo se lo ha tomado ellos este disco?
Mi familia está encantada.
¿Se lo has puestos?
Varias veces, lo que pasa es que son un poco vergonzosos.
¿Y eso?
Les da miedo que cuente de más y que la gente sepa tanto de mí. No quieren que me
vean muy vulnerable para que no me hagan daño. Pero yo siento que al final también es parte de un artista. Conectar con el público y saber hasta dónde contar para que la
gente te entienda con pocas palabras.
¿Te afectó de alguna manera esa fama tan repentina que te aportó el concurso?
He sido muy consciente de que el tema de la fama es una efervescencia y más cuando
sales de la televisión. Es algo que tienes que saber que se puede tambalear muy rápido y que, igual que viene, se va. Siempre lo he tenido claro.
¿Y tú familia lo llevo bien?
Sí. Me imagino que por mi hermano.
¿Cómo llevó él que te convirtieras en concursante de Operación Triunfo?
A él le encanta. De hecho, él está jugando ahora en la India y antes de que el disco saliera publicado, me decía que, le pasara las canciones. Mi hermano está muy orgulloso del trabajo que yo hago y a mí me gusta mucho ver que mi hermano me apoye tanto.
Fue en la academia donde decidiste confesar tu condición sexual.
Pues sí, fue un empujón. Siento mucha gratitud por ese formato, porque, quizás, no
me hubiera atrevido a hacer nada de lo que hago hoy.
¿Cuándo saliste de allí te esperabas que este mundo fuera así?
Para nada. He tenido que aprender a nadar en ella porque a veces la marea te lleva
para muchos sitios. El mundo de la música es un mundo de negocios también. Pero yo no quiero que nadie me quite esta ilusión y esta luz que tenía cuando yo era pequeño. Yo no he visto un trabajo tan arriesgado como el mío. No sé si va a funcionar o no, pero lo hago porque quiero ser leal a mí mismo.
¿Y qué esperas ahora con este álbum?
Pues espero poder dar muchos conciertos y que la gente venga a verme en un ambiente en el que se sientan libres y sean ellos mismos y que se lo pongan en su casa y que les sirva para sentirse bien.
Ahora empieza una nueva edición de OT. ¿Te gustaría ir a presentar ahí tu música?
Desde luego, ya se lo he dicho a los del programa. Los de mi edición seguimos hablando entre nosotros y con muchos del equipo del programa también.
¿Mantienes contacto con todos los de tu edición?
Nos vamos encontrando porque la vida nos hace encontrarnos desde aquello. Casi
todos me han felicitado por mi cd, me han mandado capturas escuchándolo y diciéndome que les ha encantado. Yo creo que vivimos algo espectacular y eso no se puede olvidar.
¿Con quién mantiene más contacto?
Con Amaia Romero. Es que la veo mucho porque ella vive en Barcelona también, entonces nos cruzamos mucho. Siempre es una alegría verla.
Me ha dado la impresión de que te sientes fuerte.
La verdad que ahora mismo me encuentro en un punto de mi vida, tanto emocionalmente como laboralmente, muy fuerte y muy a gusto.