Honjok nace como una respuesta ante las presiones sociales a las que se ven sometidos los jóvenes surcoreanos que realmente pueden extrapolarse al resto del mundo. Casarse y tener hijos ya no es una prioridad para muchos jóvenes como sí lo era antaño. Estas convencionalidades además se ven agravadas por el hecho de que hay unas expectativas laborales y sociales que instan a llevar un determinado tipo de vida, como “gente de bien”, como si ese fuera el único camino vital a recorrer para una persona. Honjok reinvindica que otra forma de vida es posible y que una persona puede vivir sola sin pareja por decisión propia y sin intención de crear una familia.
¿Qué es Honjok?
El término es un juego de palabras en coreano que se forma por la palabra hon que se traduce como “solo” y jok que significa “tribu”, algo así como “una tribu de uno”. Viene a representar una soledad elegida libremente que implica una forma diferente de ver la vida, optando por las bondades que aporta vivir solo y hacer cosas sin compañía. Una forma de aprendizaje y autoconocimiento que amplía la perspectiva vital y que favorece la creación de nuevos caminos lejos de los modelos sociales preestablecidos.
Aunque existe presión en todo el mundo sobre los jóvenes, lo cierto es que en Asia la cultura es más tradicional y estricta que en Occidente, En Corea del Sur existe una presión muy fuerte para que los jóvenes se casen y tengan descendencia lo antes posible. Una norma que oprime y asfixia a muchos surcoreanos que deciden apostar por su salud mental y romper esas reglas.
Además de esa nada velada imposición familiar, hay una exigencia que se traslada también a las redes sociales y el entorno, sobre los estándares de belleza y la importancia de tener un trabajo de éxito y una alta productividad. Mantener unos cánones de belleza preestablecidos por encima de todo, trabajar de sol a sol para escalar en tu empresa o conseguir más dinero, se convierte finalmente en una esclavitud que hace profundamente infelices a los jóvenes y que provoca mucho estrés y ansiedad.
¿Y si decidiéramos no perpetuar esos patrones? Entonces surge el movimiento honjok que deja a un lado esa visión tradicional de los valores culturales para celebrar el amor propio y una vida más introspectiva y armoniosa.
¿El honjok nos hace mejores personas?
El honjok lo que hace es que nos escuchemos más, nos prioricemos, sepamos que es lo que realmente necesitamos y hacia dónde queremos ir, explorando así nuevos caminos e intereses. Esto no significa pasar a tener una vida ermitaña, vivir en soledad no significa estar solo, se cultivan mucho mejor las relaciones con otras personas cuando uno mismo está equilibrado, por eso esta filosofía de vida favorece las relaciones sanas y conscientes con otras personas.
Vivir en soledad favorece la creatividad, permite una mejor conexión con uno mismo, mejorando la autoestima y enriqueciéndonos en el proceso. Eleva los niveles de bienestar y nos hace partícipes de toda nuestra vida ya que no dejamos ninguna decisión sobre nuestra vida en otras manos.
Francie Healey, es psicoterapeuta y autora de Honjok: el arte de vivir en soledad (2020). Ella pudo hablar con mucha gente de Corea del Sur que había decidido vivir en soledad como una decisión personal de vida y un compromiso con ellos mismos que les reportaba una enorme satisfacción. La autora pudo observar que estas personas eran muy equilibradas emocionalmente y más solidarias, algo que surgía del hecho de pasar mucho tiempo en la naturaleza y viajar para conocer y comprender mejor el mundo en el que vivimos. Incluso podría decirse que los niveles de bondad y generosidad de las personas que vivían solas por libre decisión eran mayores de las que estaban anclados en la rueda de valores tradicional.
Los beneficios de la soledad elegida
Está claro que vivir en soledad tiene muchas ventajas. La primera es el tiempo que pueden dedicar a conocerse mejor, ese autoconocimiento ofrece la oportunidad de transitar miedos, traumas o habilidades y gestionarlas de una manera sana. Ayuda a poner límites, a cuidarnos más y a ser autosuficientes.
Si vives solo puedes disponer de todo tu tiempo libre para ti y también eres responsable de cómo gestionarlo. Lo mismo ocurre con las finanzas. Cuando la economía, los pagos, las inversiones, las compras… todo depende únicamente de ti tienes una libertad extrema así como un ahorro considerable al no tener personas a tu cargo. Ocuparte de tus tareas decidir tus tiempos, no tener que rendir cuentas ante nadie… es una posición de lo más envidiable.
En el mundo cada vez más se sigue esta tendencia que aboga por una vida con menos complicaciones, menos presión y más libertad. Es hora de librarnos de esos patrones culturales apolillados que determinan que una persona si vive sola se encuentra en una situación negativa y supone un estigma, tal vez sus circunstancias sean más favorables de lo que el mundo cree. Como decía el famoso filósofo Carl Jung: “La soledad es peligrosa. Es adictiva. Una vez que te das cuenta de cuánta paz hay en ella, no quieres lidiar con la gente”.