Ángela Molina

Es la tercera de los ocho hijos del cantante y actor Antonio Molina, y miembro de una célebre saga artística con sus hermanos Paula, Miguel, Mónica y Noel, y su hija Olivia. Hizo ballet y danza española y se diplomó como profesora de baile clásico. Estudió Arte Dramático en Madrid, antes de debutar en No matarás, a los 18 años y dedicarse desde ese momento al cine. Durante la Transición española, se alejó de la fiebre del destape, y rechazó protagonizar en 1976 Cambio de sexo, de Vicente Aranda, para enfocar su carrera a producciones comprometidas con la temática social y reivindicativa de los tiempos; rodando La ciudad quemada, de Antoni Ribas, Las largas vacaciones del 36, de Jaime Camino o Camada negra de Gutiérrez Aragón. Entonces, Luis Buñuel la eligió para protagonizar en 1977 con Fernando Rey, Ese oscuro objeto del deseo, que le abrió  las puertas de la cinematografía europea, con solo 21 años. En la década siguiente era el rostro más buscado, reafirmando su presencia en España y ampliando su horizonte a Francia e Italia, con experiencias en el cine alemán y estadounidense, pues al hablar varios idiomas y no necesitar ser doblada. Su apretada agenda de trabajo le hizo rechazar Carmen de Saura o dar calabazas al mismo Almodóvar en ¿Qué he hecho yo para merecer esto? Era la actriz española más exportable y en 1985 recibía el Gran Premio de la Crítica de Nueva York, al que le sucedía en 1986 el David de Donatello de la Academia de Cine de Italia por Camorra: Contacto en Nápoles, por delante de la italiana Giulietta Masina y la noruega Liv Ullmann. La actriz seguía manteniendo su prestigio en España y su tirón en taquilla, obteniendo la Concha de plata por  La mitad del cielo y estar nominada a los Goya desde su primera edición. Junto con Ana Belén y Victoria Abril, es una de las actrices españolas mejor pagadas. Tiene un centenar de títulos en su currículum, aunque espació sus trabajos nacionales a partir de 1990. Si lo hizo fuera de nuestras fronteras: con Paco Rabal, Marcelo Mastroianni, con Gérard Depardieu, con Viggo Mortensen... Le dio el sí a Pedro Almodóvar en 1997, para rodar Carne trémula a las órdenes del manchego, trabajo que le valió una nueva nominación al Goya. Con él repitió en Los abrazos rotos, como madre de Penélope Cruz. Como cantante grabó Con las defensas rotas y cantó Muertos de amor a dúo con Georges Moustaki. Pero fue en las dos entregas de la banda musical de Las cosas del querer donde más brilló. En 2013, grabó el tema Lo intenta, en el álbum Mujeres, de Coque Malla. Sus trabajos en teatro han seguido una línea de calidad paralela y desde 2002 se ha embarcado en producciones clásicas o en obras de autores de prestigio como Ibsen. Es madre de cinco hijos, tres de su relación con el fotógrafo y realizador francés Hervé Tirmarche, a quien estuvo unida de 1979 hasta 1991: Olivia (1980), Mateo (1982) y Samuel (1987); y dos, Antonio (1995) y María Isabel (2003) con  el empresario ibicenco de origen canadiense Leo Blakstad con quien contrajo matrimonio en 1995. En 2012 su hija Olivia y el actor Sergio Mur la hicieron abuela al darle su primera nieta.