Por fin, tras dos años de pandemia, el Día de las Fuerzas Armadas ha podido volver a celebrarse como antes. Con toda la ceremonia y el rigor y ya sin mascarillas de por medio. Los Reyes Felipe y Letizia han presidido la jornada, que ha tenido lugar bajo un agradable sol en Huesca. Toda la ciudad se ha volcado con la visita real y la de los militares, agitando las banderas de España y haciendo sonar sus aplausos y Vivas al Rey sin parar.
En el Paseo Juan XXIII se ha desarrollado el tradicional desfile castrense, en el que han participado los tres Ejércitos y la Guardia Civil. En esta ocasión, Don Felipe vestía el uniforme de Capitán General del Ejército de Tierra. La Reina, a su lado, brillaba con un vestido de lunares y volantes.
Después del Himno Nacional con las 21 salvas de cañón y de pasar revista a las tropas, Sus Majestades se han dirigido a la tribuna principal para disfrutar de la parada. Como es habitual, ha dado comienzo con un soldado paracaidista portando la bandera nacional, que ha aterrizado sin problema frente a los Reyes.
El Rey Felipe y la Reina Letizia han disfrutado mucho del paso de las distintas unidades (han desfilado más de 3.000 militares hombres y mujeres) y los hemos podido ver en algunos momentos comentando la jugada. En particular era el monarca, como experto en el tema, el que explicaba algunos detalles a su interesada esposa. Ambos se han dejado ver muy relajados y saboreando una festividad muy especial.
El homenaje a los caídos, acompañado por el himno de 'La muerte no es el final' y una ofrenda de una corona de laurel, ha sido el momento más emotivo. Además, se ha nombrado a los 36 militares fallecidos en acto de servicio en estos últimos tres años. También ha surcado el cielo la Patrulla Águila, dejando el rastro de los colores rojo y amarillo. Los aviones han sobrevolado hasta en tres ocasiones durante la ceremonia.
Tras el desfile militar, los Reyes han bajado de la tribuna y se han despedido de las autoridades. El público presente ha vuelto a estallar en aplausos y ¡Vivas!, a los que los Reyes han correspondido saludando con una gran sonrisa, agradecidos ante tan calurosa acogida.
Desde ahí se han subido a su coche oficial para dirigirse al Palacio de Congresos, donde ha tenido lugar una recepción cóctel para unos 550 invitados.
De la comida se han ocupado los cuatro estrellas Michelin que posee Huesca y los Reyes han podido degustar esturión, trucha, rabo de cordero y bebida de kombucha, un tipo de té hecho especialmente para la Reina Letizia, a quien saben que le gusta mucho.