La separación de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin convirtió, casi de la noche a la mañana, a uno de sus cuatro hijos en el portavoz oficial de la familia. El matrimonio saltó por los aires en enero de 2022, cuando Pablo Urdangarin contaba con apenas 21 años. Desde entonces, su nombre y su rostro se han convertido en habituales del papel couché. Hace unas semanas tuvimos noticia de que el joven sale con Johanna Zott, una excompañera de su colegio, el Liceo Francés en Barcelona. Discreto, aunque siempre amable con la prensa, el nieto de los reyes eméritos no oculta que está feliz junto a su novia. "Estoy contento", admite. "Prefiero no comentar, guardarlo para nosotros y ya está". Ahora han salido a la luz imágenes de la pareja en las que queda claro lo enamorados que están.
Hace unos días, el programa 'Y ahora Sonsoles' emitía unas imágenes en las que se ve al nieto del rey emérito teniendo una charla amena con los padres de su novia sentados en las gradas mientras ella disputa un partido de voleibol. Y es que ella, al igual que él, se dedica al deporte. En la actualidad forma parte de la categoría Senior B del equipo Voley Esplugues. En el último encuentro deportivo de la joven se les pudo ver abrazados después de que el equipo de Johanna perdiera.
Pero aún hay más. En las redes sociales, Pablo Urdangarin, donde él se hace llamar Pablourbor, ha compartido un bonito collage en el que posa junto a su chica, los dos en actitud desenfadada y divertida. La cuenta del sobrino del Rey Felipe VI está cerrada y se sabe que hasta la fecha solo ha publicado 10 fotos. Una de ellas es con Johanna Zott, lo que demuestra que la relación va viento en popa... y que ha dado un paso adelante en su relación al subir una imagen romántica junto a su chica.
Pablo y Johanna se conocieron hace años, cuando la familia Urdangarin-Borbón vivía en Barcelona, una ciudad en la que ambos fueron al mismo colegio y en la que se hicieron amigos. Se reencontraron hace poco más de un año, cuando el jugador de balonmano fichó por el FC Barcelona, y su pasión por el deporte volvió a unirles. A pesar de su discreción, es habitual verles paseando por la Ciudad Condal, disfrutando de jornadas de compras y tardes de amigos.