En el Palacio Real se celebran cenas de gala, las cuales están marcadas por un rígido protocolo que los Reyes deben seguir y cumplir sin errores. Es el más estricto que existe y esconde varios códigos, ya sea de vestimenta, conducta y formación. Pero hay otro más difícil, el que tienen que seguir Letizia y Felipe en la larga mesa que se esconde en uno de sus salones. Una mesa de 35 metros de largo que acoge a un total de 121 comensales y que está perfectamente estudiada, de hecho, no hay lugar a las equivocaciones. Y precisamente para no meter la pata hay un truco infalible del que hoy queremos hablarte.
Los comensales de las cenas de gala solo tienen 57 centímetros en la mesa disponibles para ellos
Tiene que ver con el montaje de la mesa, la cual se encuentra en el Gran Salón para bailes y comidas de gala del Palacio Real. Allí se celebran los grandes eventos. Es en esta estancia donde los trabajadores de palacio colocan los elementos de plata sobre la mesa, siendo ellos quienes sitúan cada pieza a una cierta distancia y es que cada asistente cuenta tan solo con solo 57 centímetros de espacio.
Los cubiertos, las vajillas con filos de oro y la cristalería de Moser es solo parte de lo que los invitados disfrutan en su comida, objetos que se lavan a mano posteriormente. Un amplio servicio del que Letizia y Felipe disfrutan en cada una de las cenas de gala, citas que, por cierto, de momento no están en su agenda. Fue hace ya algunos meses cuando pudimos ver a la Reina desplegar todos sus encantos y protocolo. En concreto, el pasado mes de mayo cuando ella y Felipe ejercieron de anfitriones para el presidente de Colombia y la Primera Dama.
Según han desvelado en Patrimonio Nacional, estos trabajadores utilizan un misterioso, pero efectivo método. El equipo de Actos Oficiales "extiende, con gran maestría y profesionalidad, un cordel de lado a lado de la gran mesa. Y... ¡voilà!". Además sitúan una pieza de madera que sirve también para marcar distancia, dos técnicas que ayudan a que todo salga a pedir de boca. Un truco cargado de delicadeza y esmero que hasta hace muy poco era un secreto.
"Detrás de cada ceremonia de Estado en el Palacio Real de Madrid, como la del 12 de octubre, así como detrás de cada día de apertura al público esperando tu visita, hay cientos de trabajadores que cuidan al máximo cada detalle", explican.
Todos estos detalles posan sobre un mantel de hilo blanco bordado, el cual acoge sillas de distinta altura. Así lo demuestra que las sillas de Letizia y Felipe sean más altas que las del resto, quienes, por cierto, se sientan el uno frente al otro. Todo se ha dispuesto antes por los miembros de Patrimonio Nacional, a quienes no se les escapa nada. Ya sea la disposición de las bandejas, los centros de mesa, los bajoplatos o los candelabros, entre otras piezas. Al igual que los asientos de los Reyes, pues el Rey Felipe jamás se sienta de espaldas a la ventana y Letizia frente a la puerta por donde entra el servicio.
Además de las curiosidades anteriormente mencionadas, hay otras como que los cubiertos se colocan el mismo día de la cena, al igual que los platos de pan, las servilletas, los pimienteros o las sillas tapizadas. Una norma que debe seguirse, al igual que la etiqueta que marca el protocolo. Mientras los hombres deben lucir frac y condecoraciones, las damas deben apostar por un vestido largo y tiara en caso de tenerla. Looks que siempre copan titulares y que siempre analizamos en SEMANA.
La mesa francesa que utilizan en el Palacio Real en días especiales
Por otro lado, hay que mencionar el sistema de organización que se utiliza en las mesas de gala. Se trata de la mesa francesa, la cual obliga a los anfitriones a sentarse en el centro de la mesa, pero ¿cómo sabe el resto dónde sentarse exactamente? Según cuentan, todos reciben una tarjeta a la entrada donde se les señala el lugar exacto en el que deben sentarse, evitando así dudas o preguntas.
En España se celebran en el Palacio Real con una hoja de ruta que también deben seguir al máximo. Primero estando presente en un besamanos en el Salón del Trono y luego en el comedor de gala de palacio, el cual fue inaugurado por Alfonso XII y María Cristina de Habsburgo en 1879.
Así consiguen que el mantel esté perfecto en las cenas de gala de los Reyes
Se suele tardar varias horas en el montaje de la mesa, mueble que, por cierto, se monta en función de los invitados esperados. "La mesa está formada por varios tablones que se montan en función del número de invitados", comentó hace algún tiempo Javier Hernández, ayudante de gestión, en 'La Razón'. "Ya sobre la mesa, los manteles que previamente se habían planchado se rematan sobre la superficie para que estén perfectos y no se noten las líneas. Para calcular la distancia, el equipo de oficios extiende un cordel de lado a lado de la gran mesa. Se coloca una tablilla y se dispone la copa de vino en el centro, a la derecha el blanco y a la izquierda, el agua.