El Rey don Felipe rubrica diariamente miles de documentos: desde el Boletín Oficial del Estado hasta libros de honor de los diferentes lugares que visita. Su rúbrica delata algunas características sobre su personalidad. Macarena Arnás, reconocida grafóloga profesional, desvela para SEMANA algunos detalles interesantes.

Durante sus 56 años de vida don Felipe ha sellado documentos de todo tipo. El archivo nacional atesora muchas de estas signaturas y nos permiten analizar la evolución de su carácter. Macarena Arnás, perito grafológico y autora de varios libros sobre la materia, ha analizado su evolución y algunos rasgos de su personalidad que permanecían ocultos.

Un niño autoexigente y reservado

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Así era la firma de don Felipe cuando era solo un niño

Las rúbricas de don Felipe cuando era todavía estudiante de primaria nos permiten adentrarnos en su personalidad infantil. Las aristas que acompañan a sus grafías nos develan que era un joven con altas cotas de exigencia. “Era un niño que se machacaba a sí mismo y que le daba vueltas a las cosas”, concluye Arnás quien también matiza que esa sensibilidad aparente era también de naturaleza camuflada: “solía reservar sus emociones”.  

En la madurez desarrolla un espíritu protector

Las firmas de don Felipe una vez que llega a la edad adulta evidencian un cambio sustancial en su personalidad: “La arista que generaba cuando era niño no está tan marcada, eso significa que ha relajado su nivel de autoexigencia y cuenta con una mayor autoestima”, indica.  

Macarena Arnás, que ha publicado un libro en el que dedica todo un capítulo dedicado a estudiar la evolución grafológica de los Borbones, enfatiza otros rasgos que muestran la transformación que el rey ha experimentado con el paso de los años. Uno de los elementos más llamativos es que don Felipe “hace un techo, que protege el nombre”, explica con referencia a la particular ‘F’ que dibuja cuando escribe su nombre: “Es defensor tanto consigo mismo como con los suyos”.

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Don Felipe rubrica su firma en todo tipo de documentos y espacios

Su letra también apunta que don Felipe es una persona “planificadora y ordenada” y, aunque tiene características propias, gracias a su estudio ha concluido que se trata de una personalidad presente en su dinastía desde Alfonso XIII. Esta naturaleza se percibe en el hecho de que realiza lo que se llama una rúbrica por adelantado", algo que ha heredado Leonor. "Escriben primero la inicial y luego continúan con el nombre. Este indicativo habitual en los Borbones estaría relacionado, de algún modo, con la capacidad para organizar y llevar a cabo las cosas. “También pueden ser personas a las que no les gusta la improvisación", argumenta.

Buena compatibilidad con doña Letizia

La experta consultada por SEMANA señala además que las rúbricas de don Felipe y doña Letizia confirman que se trata de una pareja con buena conexión en lo que respecta a sus personalidades: “Se entienden bien entre ellos”. Las rúbricas de la Pareja Real desvelan que ambos “comparten un lenguaje emocional muy parecido, tienen paciencia a la hora de resolver conflictos”. “Lo vemos en aspectos como que son respetuosos con los espacios o en que tienden a desligar las letras”, indica.

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La pareja real tiene muy buena compatibilidad según sus firmas

“La compatibilidad de Letizia y Felipe demuestra que ambos son observadores y analíticos”. Eso sí, cada uno a su manera: “Felipe es más controlado y, por su parte, doña Letizia tiene mayor capacidad para expresar y es más ágil en este aspecto”.

En otro orden de cosas, las firmas de los dos monarcas señalan que ambos son perfeccionistas, pero, una vez más, este rasgo es mayor en el caso de doña Letizia. “La reina necesita comunicar más que Felipe”, concluye tras analizar sus respectivas rúbricas y grafías.

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Estas personalidades pueden evidenciarse a través de la evolución de ambos en los últimos años. Gracias a Letizia, el Rey Felipe ha aprendido a enfrentarse a los discursos públicos con mayor soltura. Ella, por su parte, ha asimilado la necesidad de la prudencia en la expresión y de ser apoyo y firme sostén del monarca sin perder su personalidad ni su autonomía.

Las comparaciones con sus padres, don Juan Carlos y doña Sofía

Don Felipe comparte muchos rasgos con su padre, pero también son perceptibles algunas distinciones gracias a sus grafías. Macarena Arnás abunda en su libro “Las firmas de Napoleón, Stalin, Hitler, Elvis… y otras historias de la grafología” en estos contrastes.

De esta manera, la firma de Juan Carlos Ies rápida, con letras ligadas que oscilan a la zona de la derecha y formas mixtas. Todo ello revela que es sociable, inquieto, algo testarudo y natural. Por su parte, la grafóloga aprecia “todo lo contrario” en la signatura de Felipe VI: “las letras están totalmente centradas y la cohesión tiende a ser desligada. Todos estos símbolos manifiestan que es reflexivo, analítico, mental e independiente”.

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En una intervención televisiva, Macarena también habló sobre la rúbrica de la madre del monarca, la Reina Sofía: La suya es una firma más centrada, pero a la vez es curva, lo que habla de “emoción controlada”. “Puede llegar a reprimir lo que siente”, explicó.

Por sus firmas lo reconoceréis

En el último libro de Macarena Arnás desentraña las peculiaridades de las personalidades más relevantes de la historia a través del análisis de sus cambios de letra, la separación entre palabras, la alternancia entre mayúsculas y minúsculas, los trazos, el tamaño de las grafías o la interlineación de sus firmas.

La autora, reconocida grafóloga, perito calígrafa y experta en Técnicas Proyectivas Gráficas, analiza los escritos de nombres propios del pasado y del presente que revelan inseguridades, comportamientos y caracteres psicopáticos que se ocultan tras las firmas de personajes como Napoleón, Juana La Loca, Isabel Preysler o Camilo Sesto.