Letizia vuelve a poner un pie en España este viernes 7 de junio. Tras 48 intensas horas en Guatemala, regresa a casa, aunque con un sabor de boca diferente al de cualquier mortal. Y no, no lo decimos por su viaje de cooperación, sino por el exclusivo vuelo del que ha disfrutado tanto a la ida como a la vuelta.
Dos habitaciones y sala de reuniones, las comodidades de Letizia en su vuelo de vuelta
Durante más de 11 horas, la Reina ha sido pasajera de uno de los aviones VIP de la Fuerza Aérea Española, el cual llama la atención por tres enormes palabras que dicen "Reino de España". Lejos de lo que la mayoría tiene en su cabeza, el A-310 es un avión de lujo, en el que hay sala de reuniones, cocina propia, duchas para refrescarse y hasta dos dormitorios disponibles para la Reina o parte de su equipo.
Varias estancias que no solo permiten descansar a Letizia, sino también seguir trabajando junto a sus personas de confianza. Ya sea organizando su hoja de ruta o simplemente ojeando el impacto que ha tenido, esta vez, su visita en este país centroamericano, donde, por cierto, apenas se le ha dado cobertura.
El sistema de seguridad que blinda a Letizia cuando vuela en el avión de las Fuerzas Armadas
Pero volvamos al 'hotel' sobre las nubes de Letizia. Está enmoquetado, sus paredes están recubiertas de madera y es tremendamente seguro. Un blindaje que logra gracias a un sistema electrónico capaz de desviar un misil lanzado contra la aeronave. De hecho, se reformó incluyendo sistemas de comunicación encriptada, además de su interior, el cual puede presumir ahora de tener incluso tintes palaciegos.
Con 62 plazas de primera clase, el 'Air Force One' pesa aproximadamente 160.000 kilos en su despegue y la mitad vacío, siendo su capacidad lo que lo convierten en un transporte cómodo. Algo evidente, por ejemplo, en el recorrido sin repostar que pueden llevar a cabo: más de 12 horas.
Ahora da capacidad a 62 pasajeros en primera clase
Adquirido en el año 2003, por aquel entonces, tenía capacidad para 220 pasajeros. Ahora tiene espacio para 62 pasajeros de primera clase, quienes pueden sentarse sobre asientos de piel color beige, en los que echar una cabezadita o hablar frente a otros de asuntos pendientes. Separados por una mesa en la que hay un hueco para la bebida, Letizia ha tenido tiempo y horas para hablar de lo vivido en Guatemala.
Las enormes dimensiones del avión en el que se mueven los Reyes, Felipe y Letizia
En él Letizia sabe manejarse como pez en el agua. Conoce cada rincón, ya que es el transporte que utilizan los Reyes en sus viajes oficiales. Tiene 46 metros de largo y 15 de alto, aunque lo que más valora la Reina no es tanto el espacio, sino la velocidad con la que puede atravesar las nubes. Más de 900 kilómetros por hora, lo que permite a Letizia que todo sea mucho más eficiente.
Si bien es cierto que el personal de Casa Real lo utiliza con normalidad, también lo usa Presidencia de Gobierno. Del mismo modo, se ha destinado para evacuaciones médicas dentro y fuera del territorio nacional, lo que lo convierte en un avión todoterreno. Recordemos, por ejemplo, cuando portó efectivos para ayudar a las víctimas de un terremoto devastador en Ecuador.
Es uno de los aviones más grandes y ha sido testigo de momentos históricos. El último el viaje del Rey Felipe a Honduras, donde se reunió con la presidenta Xiomara Castro.
Perteneció a la compañía francesa Air-France, pero se rematriculó con la designación española T.22-2, entrando así en el Ejército del Aire. Esta vez, ha acogido a Letizia, quien como el resto de tripulación ha recorrido más de 8.700 kilómetros de vuelta a España.
En su interior, ha tenido la oportunidad de cambiarse, ponerse cómoda y organizar su agenda junto a su mano derecha. Un vuelo en el que, como siempre, está acompañada de su núcleo duro, que no son otros que su estilista, su maquillador o su secretaria, María Dolores Ocaña.
Ellos se encargan junto a ella de que no falte un detalle, que su ropa esté a bordo y que siempre haya un plan B. Pase lo que pase y ante cualquier circunstancia. No ha sido tan complicado en Guatemala, donde el protocolo era mucho más relajado en cuestiones estilísticas, pues iba enfundada de looks informales, calzado cómodo y un chaleco de cooperación, del que no se ha separado hasta el último instante.
Las 48 horas frenéticas de la Reina Letizia en Guatemala
De esta manera, la Reina Letizia ha puesto punto final a su viaje de Cooperación a Guatemala. En estos últimos días, la consorte ha podido conocer más de cerca algunos proyectos del país centroamericano. Entre ellos los relacionados con el agua y el saneamiento, la desnutrición infantil y el papel de las mujeres.
Allí, la esposa de Felipe VI se ha dado un baño de masas en compañía de Eva María Granados, secretaria de Estado de Cooperación Internacional. Ella se ha convertido en el pilar fundamental de doña Letizia durante su estancia en Guatemala, donde ha pasado apenas 48 horas de lo más intensas. Como no podía ser de otra manera, la madre de la Princesa Leonor ha recibido una gran acogida por todos los ciudadanos que, a buen seguro, esperan que vuelva muy pronto.