Como cada año, la Reina Sofía ha acudido a venerar al Cristo de Medinaceli de Madrid en su día grande en plena crisis por el coronavirus. De hecho, se ha suspendido el besapié, pero aún así la emérita no ha querido faltar a esta cita, a la que acostumbra acudir. El primer viernes de marzo se celebra la tradición religiosa a la que Sofía acude. Por primera vez en muchos años, la Reina emérita se ha quedado sin besar la talla de madera.
A su llegada a la iglesia, ha recibido el calor de los españoles que han querido ver de cerca a la Reina Sofía. Y es que a pesar de que no había colas para besar al Cristo, a las inmediaciones sí que habían asistido personas para poder ver la llegada de la Reina a la Iglesia. Su visita ha sido mucho más corta que otros años y tan solo ha estado cinco minutos dentro del templo religioso.