Corría el año 2014 cuando el sultán de Omán quiso hacer un regalo muy especial al Rey Juan Carlos. Así, le compró una mansión en Londres de la que Corinna Larsen revela todos los detalle en su último pódcast, ‘Corinna y el rey’. Según la alemana, este llegó a obsesionarse con este inmueble. Se trata de un dúplex de 468 metros cuadrados con vistas a Hyde Park, uno de los parques más emblemáticos de la capital británica. En su momento fue adquirida por 50 millones de libras, pero su valor actual en el mercado se acercaría a los 79 millones, o lo que es lo mismo: cerca de 92 millones de euros. Hace ocho años, el Rey emérito viajaba con mucha frecuencia a la ciudad, por eso Corinna no reaccionó bien ante la existencia de la casa: “Me desconcertaba un poco porque pensaba: 'Dios, que no se mude aquí; me tendría que ocupar de este problema para siempre”.
La casa, con dos plantas, está situada en uno de los barrios más selectos de Londres y se encuentra a pocos metros de las principales embajadas y de hoteles de lujo, como el Mandarin. A pesar de su excelente ubicación, todo el edificio está pensado para garantizar la mayor discreción de quienes allí viven. Por eso, el acceso está en una pequeña calle. Su fachada, de ladrillo visto, tampoco llama en exceso la atención. Cuenta con portero y con una bonita y elegante entrada. En la planta superior de la casa se encuentra la cocina, un salón, una enorme terraza y otras zonas comunes. En la planta inferior están las habitaciones y los baños. En cada planta, además, había apartamentos privados reservados para el personal de seguridad de los propietarios o inquilinos.
El edificio, diseñado para alojar a personas de altísimo poder adquisitivo, poderosas y con afán de garantizar su privacidad, cuenta con todas las medidas de seguridad. En la entrada hay un control presencial durante las 24 horas del día. Asimismo, desde el garaje se puede subir directamente a los pisos sin tener que hacer paradas intermedias. Llama la atención que en las puertas de esos ascensores había pequeños 'halls' con sillones para que los escoltas o miembros del equipo de seguridad vigilasen los accesos.
Don Juan Carlos, según Corinna, estaba obsesionado con esta propiedad hasta el punto de darle los planos para que la decorara exactamente igual que la suya, con los mismos tejidos, los mismos muebles... todo. “El Rey Juan Carlos se acercó a mí, me dijo: ‘Quiero que sea como tu piso de Londres, quiero los mismos diseñadores de interiores y quiero que se parezca a tu casa’. En aquel momento empecé a preocuparme ligeramente por el nivel de obsesión que estaba alcanzando”, narra Corinna.
El rey emérito nunca llegó a vivir allí y un año después de recibirla como regalo, en 2015 decidió comunicarle al sultán que prefería venderla y quedarse con el dinero. Esto todo según el relato de Corinna Larsen. Finalmente, esta sintió alivio al ver que este optó por acondicionarla siguiendo los criterios de seguridad propios de un Jefe de Estado. "Gracias a Dios está amueblando un piso de soltero solo para él, porque básicamente estaba personalizado para un jefe de Estado soltero, con mucha seguridad”, recuerda la exprincesa en su pódcast.