La Infanta Elena (58) empieza una nueva etapa. Eso es al menos lo que se deduce de su último movimiento: nada menos que una mudanza. Pocas decisiones vitales de cada día hay más importantes que elegir dónde vivir. Y ella al menos puede elegir. Ahora ha decidido abandonar el que se ha sido su hogar durante los últimos años y mudarse a otra casa. Eso sí, no se va de Madrid.
La hija de los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía deja su piso situado en el barrio del Niño Jesús (abajo en la foto) y se marcha a otro situado en el barrio de Almagro, en pleno centro de la capital. En su anterior domicilio fue habitual la imagen de la Infanta saliendo a aplaudir a los sanitarios cada tarde durante la pandemia. Ahora lo ha vaciado.
Según publica Lecturas, la Infanta ya ha realizado la mudanza. Una empresa especializada se ha ocupado de trasladar todos sus muebles, enseres y objetos personales al nuevo domicilio, tarea en la que han empleado nada menos que cuatro días. Ahora ya está instalada en su nueva residencia, tal y como indica la revista, a falta de terminar algunos remates en la decoración.
De su nuevo piso se sabe que es más pequeño que el anterior. Se ubica en un elegante edificio construido en 1960 y tiene 242 metros cuadrados, cuatro dormitorios, cuatro baños y dos balcones a la calle. Está en una finca con ascensor, plaza de garaje y portero físico. Está valorado nada menos que en 2,5 millones de euros.
Se desconoce si lo ha comprado o si vive de alquiler, cuyo precio rondaría los 5.000 euros al mes. Así ha estado haciendo hasta ahora en las diferentes casas en las que ha vivido. Antes de la zona del Niño Jesús residió en la exclusiva colonia de El Viso.
Sus dos hijos también se han mudado con Doña Elena. Froilán y Victoria Federica están estudiando la carrera universitaria (Económicas) en el mismo centro privado de Madrid y, a sus 23 y 21 años respectivamente, aún son jóvenes para independizarse. Ni siquiera la joven, que lleva dos años de relación con el dj Jorge Bárcenas, pero aún prefieren esperar para dar el siguiente paso hacia la convivencia.
Uno de los datos que más llaman la atención es que el piso está adaptado para personas de movilidad reducida. Un avance más que hace pensar en el Rey Juan Carlos, quien desde hace años padece problemas en las piernas y en las caderas, lo cual le obliga a caminar con bastón o muletas.
Aunque en su última imagen llegada desde su retiro en Abu Dabi, su aspecto era notoriamente mejor, lo cierto es que el monarca emérito es difícil que pueda recuperar la movilidad como en sus años más jóvenes.
La Infanta Elena podría estar pensando en acoger a su padre cuando decida regresar a España. De hecho, esta es una posibilidad de la que ya se habló hace meses, en uno de los muchos 'avisos' que ha habido sobre su regreso.
No es nada nuevo que Doña Elena es el ojito derecho de su padre, su mejor cómplice y la más parecida de carácter. Ambos comparten su pasión por la gastronomía, los toros, el deporte y otros intereses.
Antes de que el Rey Juan Carlos se marchara de España, en agosto de 2020, las salidas del monarca con su primogénita eran bastante frecuentes, más que con ninguno de sus otros dos hijos. A las mismas solían unirse sus nietos, con los que también se lleva de maravilla.
Que todos ellos puedan ser 'compañeros de piso' es una posibilidad. Parece claro que el Rey no se instalará en el palacio de La Zarzuela, la que ha sido su residencia oficial durante sus años como Jefe de Estado, donde sigue viviendo su esposa, la Reina Sofía.
También se ha comentado que podría elegir una ciudad fuera de la capital, como Sanxenxo, donde tiene numerosos amigos y practica su pasión por la vela. E incluso fuera de España, en la más cercana Portugal, aunque esto recordaría demasiado al exilio que vivieron allí sus padres, Don Juan y Doña María.
La posibilidad más cercana y emocionalmente apetecible sería la de volver a compartir techo y comida con su hija mayor. El hecho de que su nuevo piso esté situado en el centro de Madrid quizás hace más complicada la logística para el emérito. Pero todo se verá.
Aunque según Hola, esta mudanza no es definitiva, sino temporal, ya que la Infanta Elena tiene que acometer unas obras de reforma en su antigua casa a causa de unos problemas de humedad. El nuevo piso está cerca de la Fundación Mapfre, en la que ella trabaja.