Este domingo, los Reyes Felipe y Letizia han puesto rumbo a Argentina para reencontrarse con el primer ministro del país, Mauricio Macri, y su mujer, Juliana Awada, con quienes tienen una estrecha relación. Un viaje con el que se pretende mejorar las relaciones entre ambos países y que ha comenzado con un contratiempo de lo más surrealista.
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A pie de pista
El Airbus en el que viajaban los reyes Felipe y Letizia aterrizaba en el aeropuerto Jorge Newbery de Buenos Aires a las 21.00 hora local y, a pie de pista, estaba todo previsto para darles la bienvenida por todo lo alto.
Hasta alfombra roja
Decenas de oficiales, presididos por el presidente del país, Mauricio Macri, y el ministro de Exteriores, Jorge Faurie, estaban esperando para dar la bienvenida a los monarcas españoles, que debían dar sus primeros pasos por una larga alfombra roja. Sin embargo, no pudieron bajar de su avión.
¿Y la escalera?
A pesar del espectacular despliegue, las autoridades argentinas no repararon en un detalle muy importante, tener lista una escalera que se pudiera fijar al avión de los Reyes, un Airbus 310.
De otros tamaños
Aunque pueda parecer una broma, lo cierto es que don Felipe y doña Letizia tuvieron que esperar casi una hora dentro de su avión hasta que encontraron una escalera que encajara.
¡Tardaron 50 minutos!
Sin duda, tras el larguísimo vuelo hasta la capital argentina, lo que más les era bajar a tierra y estirar las piernas.
Todos tuvieron que esperar
Y mientras se solucionaba el asunto, la comitiva estaba esperando a los pies del avión, formada y sin poder moverse.
Un plan ‘b’
Al ver que la escalera que estaba disponible en el Jorge Newbery no encajaba, se llegaron a barajar otros planes, como que el avión de la Casa Real volviera a despegar para aterrizar en el aeropuerto internacional de Ezeiza, donde sí había escaleras de varios tamaños.
Un préstamo
Al final se decidió que la solución más sencilla, dado que estaba todo preparado, era utilizar la escalera del avión del presidente argentino. Sin embargo, surgió un nuevo contratiempo.
En busca de la persona autorizada
Esa escalera en particular se guarda en un hangar del aeropuerto al que tan solo se puede acceder por huella dactilar. Y claro, para rizar el rizo, el dueño de esa huella estaba ilocalizable.
No se lo podían creer
Ante estos acontecimientos, el presidente y los ministros argentinos no podían esconder lo que sentían: incredulidad, angustia, tensión, vergüenza…
Desde en avión, lo mismo
En el interior del avión de los Reyes sucedía algo similar y eran muchas las caras que se asomaban a las ventanillas para ver cómo se iba solucionando todo.
Por fin llegó el momento más esperado
Y así, casi una hora después de que el avión tocara tierra, los ocupantes pudieron bajar a tierra, apenas unos minutos después de que los soldados que formaban parte de la recepción recibieran la orden de descansar.
Los Reyes descendieron muy serios
El momento fue de lo más incómodo para Sus Majestades, que descendieron del avión con los rostros muy serios.
Doña Letizia intentó sonreír
Aunque también tenía el rostro serio, la Reina intentó sonreír a los allí presentes.
Unos días muy agitados
A los Reyes les esperan por delante varios días muy agitados en los que, entre otras cosas, inaugurarán el Congreso Internacional de la Lengua Española.