La Familia Real española se despidió el pasado jueves 8 de agosto de Mallorca, con un inesperado posado en la casa museo de Son Marroig. Se trataba de su última actividad pública de sus ‘vacaciones’ en la isla donde cogen impulso para sus comentadas vacaciones privadas, que siempre son un secreto. Sin embargo, al parecer tan solo la Reina Letizia y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, tomaron un avión con destino desconocido, dado que el Rey Felipe optó por alargar unos días más su estancia en la isla. Y lo ha hecho con polémica.
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El Rey Felipe se queda en Mallorca sin su familia
El Rey Felipe ha decidido permanecer al menos tres días más en la isla de Mallorca, para sorpresa de todos. Aunque se creía que nada más terminar el posado familiar inesperado en Son Marroig, que no estaba planteado en la agenda oficial, se marcharía de nuevo de vacaciones, lo cierto es que aguardó unos días para poder disfrutar de los encantos de la isla sin tener que guardar la compostura que un acto oficial le obliga.
Tras la pista de las vacaciones privadas del Rey Felipe y la Reina Letizia
Los planes del Rey Felipe con sus amigos
Entre los planes que ha desarrollado el Rey Felipe durante su estancia en Mallorca, una vez terminado su trabajo en la isla, destaca disfrutar de la compañía de sus amigos. Así lo recoge ‘El Diario de Mallorca’, que cuenta con detalle cómo el sábado se citó para cenar con su amigo, el cantante Jaime Anglada, en el restaurante El Caballito de Mar, junto a Sa Lonja. No estaban solos, les acompañaban otros amigos, que ocuparon uno de los reservados del local para poder cenar tranquilos y sin interrupciones o miradas ajenas.
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Como curiosidad y sin ánimo de desvirtuar la noticia, cabe destacar que el Rey Felipe dio buena cuenta a un plato de raviolis, de navajas y de pulpo a la gallega.
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A la salida se formó la marimorena
No obstante, según ‘última hora’, otro diario local, no todo fue tan plácido como parecía. Explican que el Rey Felipe llegó a las 22:00 horas con sus amigos y un nutrido grupo de escoltas y miembros de su seguridad privada. Cuatro horas después de su entrada, comenzó el dispositivo para asegurar su salida del citado restaurante con la intención de hacerlo sin hacer demasiado ruido y sin que se produjesen fotografías de su presencia. Fue aquí cuando llegó la bronca entre los paparazzi y los escoltas de Su Majestad.
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Las tretas del Rey para no ser ‘pillado’
El Rey Felipe, cuando quiso abandonar el restaurante, informó a su equipo de seguridad de que trasladasen los vehículos a la parte trasera del local y así poder salir con tranquilidad. Allí también había paparazzi, porque su presencia se había colado a modo de rumor entre los profesionales gráficos. Fue cuando los escoltas siguieron las premisas de su jefe y solicitaron la documentación a los fotógrafos para así impedir que se hagan fotos y dar tiempo al Rey Felipe a salir rápidamente del establecimiento.
Esta estrategia terminó en una bronca
Esta práctica es muy habitual. Cuando el Rey no quiere ser fotografiado, solicita a sus escoltas que manden identificar a los fotógrafos, que están obligados a mostrar su documentación, mientras la buscan no pueden disparar con su cámara y en cuestión de segundos el objetivo se ha fugado. Esto molestó mucho a los paparazzi, que comenzaron a discutir con el equipo de seguridad del Rey. Según el citado diario, Felipe miraba impasible cómo se producía la bronca y no intervino, tan solo siguió su camino hasta el coche y se marchó.
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Esto con Juan Carlos y Sofía no pasaba
No es la primera vez que los paparazzi y demás profesionales gráficos se quejan de que no pueden llevar a cabo su trabajo con naturalidad con el Rey Felipe y la Reina Letizia. Sacarles fotos más allá de sus actividades institucionales es una misión casi imposible y es que los escoltas, además de proteger la integridad física de los monarcas, también se preocupan en que no se les fotografíe. Con el Rey Juan Carlos y con Doña Sofía existía mayor permisibilidad y no se preocupaban tanto en si eran ‘cazados’ por cámaras que no fuesen las oficiales de palacio.
Los móviles, un peligro añadido
Quizá este cambio de parecer entre padre e hijo a la hora de dar directrices sobre las fotografías radique también en el hecho de que ahora todos llevamos una cámara de fotos con nosotros. Captar la imagen del Rey Felipe y la Reina Letizia en actividades privadas ahora cada vez es más fácil, ya sea cenando en un restaurante, de paseo por la calle o en el cine. Eso sí, siempre que un escolta se percata de ello, intercede, trata de impedirlo y, si es posible, que borren la imagen captada para evitar que pulule por las redes sociales. Una cuestión, por otro lado, vital para asegurar su seguridad en todo momento.