El próximo 30 de enero, el Rey Felipe VI cumple 54 años. Pero este año no celebrará un cumpleaños al uso. No será uno más, no. Esta cita tan importante cita se produce en un momento delicado para la Corona. Además de la incertidumbre en torno al posible regreso de don Juan Carlos a España, -quien decidió marcharse a Emiratos Árabes en 2020- su aniversario se verá empañado por el escándalo originado a raíz de las fotos de Iñaki Urdangarin con Ainhoa Armentia.
Cierto es que para la institución no supone riesgo alguno que el exjugador de balonmano se haya ilusionado con una nueva mujer. A raíz de su condena por prevaricación, malversación, fraude y tráfico de influencia en el caso Nóos, el que fuera duque de Lugo quedó apartado y desvinculado por completo de todo lo relacionado con la familia real. Sin embargo, la situación personal de la infanta Cristina ha supuesto un varapalo para el entorno más cercano al monarca.
Todos en el clan Borbón están inquietos. Empezando por los reyes eméritos, preocupados por cómo el vendaval está afectando a su hija. También los cuatro hijos del matrimonio están sufriendo las consecuencias de la ruptura de sus padres. Es una situación muy dolorosa, más aún cuando el tema se ha convertido en un asunto público. La presión mediática es enorme. Y aunque hasta el momento solo se han pronunciado Juan Urdangarin y Pablo, convertido en el portavoz de la familia, todos los hermanos viven estos días con enorme desazón. Iñaki y Cristina han tomado ya una decisión: se separan. «De común acuerdo, hemos decidido interrumpir nuestra relación matrimonial.El compromiso con nuestros hijos permanece intacto. Dado que es una decisión de ámbito privado, pedimos el máximo respeto a todos los que nos rodean. Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin», decía el escueto comunicado enviado por ambos el pasado 24 de enero.
No cabe duda de que el tsunami Urdangarin ha revuelto el patio en palacio. No se descarta que la infanta Cristina y su hermana Elena hagan un viaje en breve a Abu Dabi para reunirse con el cabeza de familia. Mientras tanto, el Rey Felipe VI se mantiene en su lugar. Con sustentar la Corona ya tiene bastante. Centrado más que nunca en sus obligaciones, está metido de lleno en su próximo viaje a Viena. El próximo 31 de enero, a invitación del Presidente Federal, Alexander van Der Bellen, y de su esposa, Doris Schmidauer, él y Letizia visitarán por un día la capital de Austria. Allí está previsto que asistan a diversos actos. El primero de ellos, la ceremonia oficial de bienvenida y honores militares en el Palacio Imperial Hofburg, donde serán recibidos por el presidente y su esposa. A continuación participarán en una reunión de trabajo en la sede de la Presidencia Federal Austriaca. Más tarde presidirán un homenaje a las víctimas del nazismo, incluidos los españoles que perdieron la vida en el campo de concentración de Mathausen. Por último, acudirán a la inauguración de la exposición «Dalí y Freud. Una obsesión» en el Museo Belvedere de Viena. Un montón de actos con los que Felipe y su esposa, una vez más, dejarán claro que su prioridad ante todo es el trabajo.
La Princesa Leonor no podrá viajar a España desde Gales para celebrar el cumpleaños de su padre
Se desconocen los planes privados de los reyes para el domingo 30 de enero, cuando se celebra el 54 cumpleaños del soberano. Como es habitual en estos casos, lo que hagan en el ámbito privado no trasciende a la esfera pública. Tal y como está el panorama es probable que el festejo se produzca en similares circunstancias a las del año pasado: en petit comité. No estarán los eméritos, ni las hermanas del rey, volcadas la una en la otra tras la ruptura de Cristina. Por no estar, tampoco estará la Princesa Leonor. En el internado de Gales donde estudia organizan unas jornadas sobre la cultura india bajo el nombre de ‘Nirvana' que le impedirán viajar a España para soplar las velas con su padre.