El Rey Felipe VI sigue disfrutando de sus vacaciones en Palma de Mallorca. Como prácticamente cada día desde que aterrizó en la isla, ha acudido al Club Náutico para disfrutar de una jornada a bordo del Aifos y así preparar su esperada cita con las regatas de la Copa del Rey. A su salida, ha protagonizado un divertido momento cuando trataba de marcharse del lugar, montado en su Cupra Formentor, el cochazo que él mismo conduce y en el que se moviliza, valorado en 53.000 euros. Al monarca le ha sucedido lo que a cualquier hijo de vecino. Y es que, ¿quién no se ha olvidado alguna vez de las llaves del coche y sólo se da cuenta una vez está montado dentro? Su Majestad no ha podido hacer otra cosa que reírse al percatarse de su despiste. Mira vídeo que no tiene desperdicio.
El Rey Felipe VI, su lado más 'olvidadizo'