Hace 75 años que las tropas soviéticas llegaban al campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau para encontrarse cara a cara con el horror. Allí quedaban apenas 7.000 personas de los cientos de miles que habitaron sus infames instalaciones después de ser llevados a la fuerza por los nazis de Hitler durante la II Guerra Mundial. Eran los únicos testigos de una barbarie difícil de creer, de un sistema planificado para acabar con toda una raza, la de los judíos (aunque también gitanos, prisioneros políticos...).

Hoy, en el mismo lugar, se han reunido Jefes de Estado y de Gobierno para recordarlo y rendirles homenaje bajo el mensaje de que no hay que olvidar. Entre ellos figuraban varios representantes de las monarquías europeas, como nuestros Reyes Felipe y Letizia, y también los reyes Guillermo y Máxima de los Países Bajos, los reyes Felipe y Matilde de Bélgica y el rey Enrique de Luxemburgo. También estaban Victoria de Suecia y Camilla de Cornualles, esposa del príncipe Carlos de Inglaterra. Antes habían presentado sus respetos y una ofrenda floral en el campo de Auschwitz.



El acto principal de la conmemoración ha tenido lugar en el campo de Birkenau, subsección de Auschwitz, situado a unos 3 kilómetros de este, que se construyó precisamente porque aquel se había quedado pequeño para albergar a tantos prisioneros. En el lugar más emblemático, desgraciadamente, que es la puerta de entrada a la que se llegaba directamente en tren, a los pies de la vía, se ha montado una carpa y un escenario especial. Entre los presentes se encontraban también algunos de los supervivientes y testigos de aquella terrible experiencia, ahora ancianos, cuyo relato es la mejor manera de no volver a repetirlo.