Espontáneo, divertido y cariñoso, pasar una tarde con Yotuel Romero (44) es, literalmente, sacar ese niño que hay dentro de ti y dejarte llevar. El artista cubano acaba de lanzar una nueva canción, Rebelde, que ya ha superado el millón de visitas y que significa su debut en solitario sin su grupo, Orishas. El cubano ha contado además con la colaboración de su mujer, Beatriz Luengo (38) y de su amigo Omar Montes (32), y de eso y de mucho más ha hablado con SEMANA. Y entre otras cosas nos confesó que vive un momento mágico, ya que en abril Beatriz y él tendrán su segundo hijo, él tercero para Yotuel que tiene otro de una relación anterior.
¿Cómo has pasado estos meses de pandemia?
Pues en casa recambiando mi energía y dedicándole tiempo a la familia. Debido a la carrera que tanto mi mujer y yo hemos elegido, pasamos mucho tiempo fuera y nos perdemos muchas cosas. También me ha servido para reencontrarme conmigo y con lo que quería hacer, a dónde quería ir, cuál era mi ilusión... Por eso decidí arrancar mi carrera como solista. Sabiendo que yo soy el motor, la única manera de que me apague es apagándome yo.
Este tiempo también os ha servido para ampliar la familia, ¿fue algo buscado?
Nos sorprendió durante la cuarentena y creo que cuando nos dimos cuenta de la buena noticia fue como poner un broche de cierre bonito a este año y terminarlo ilusionados por una vida nueva. Dicen que los niños vienen siempre con un pan debajo del brazo. Yo solo le pido salud a la vida, porque lo demás ya lo consigue la razón. Además, yo ya tengo dos varones y realmente, si te soy sincero, quería tener una nena.
¿Dónde nacerá?
En Estados Unidos. Con el tema del Covid es implanteable que Bea esté viajando. Ya nació uno de mis chicos allá y creo que es lindo que los dos hermanos compartan el mismo médico. Pero es que, además, nosotros vivimos en Miami.
¿Cómo se va a llamar la niña?
Bella Zoe. En homenaje a mi mamá, que ha sido una mujer muy guerrera que se ha hecho a sí misma. Después de la muerte de mi padre se quedó muy tocada. Es una “cubanaza” que fue, como yo digo, madre y padre a la vez. Así que no hay mejor nombre para bautizar a mi hija que el suyo.
¿Pasaste muchas necesidades en Cuba de niño?
Es muy difícil la vida allí. El cubano no puede ser rico en su país, no puede ser poderoso, porque el gobierno no lo permite. Allí los únicos ricos tienen que ser ellos y es algo que te limita mucho a la hora de conseguir materia prima, y la poca que puedas conseguir, la tienes que convertir de mil maneras. Recuerdo que solo teníamos un hueso de carne y lo aprovechábamos al máximo. Hervíamos la pata, de esa agua hacíamos sopa, la carne la picábamos, le echábamos tomate y hacíamos una ropa vieja y con el huevo hacíamos un arroz y lo utilizábamos para darle saborcito...
Y mira dónde has llegado. Tu madre debe de sentirse muy orgullosa de ti.
Mi madre me ha inculcado lo de ser un rebelde con causa. Porque ser rebelde sin causa no me gusta. Cuando salí de Cuba me fui a París sin nada, sin hablar francés, sin conocer mundo. Tenía 20 años cuando me marché y sabía que era un viaje sin regreso, que no vería a mi mamá por dos o tres años, que no tenía un padre que me pudiera mandar 20 dólares, en un país en el que no sabía qué me iba a encontrar. Luché por mis sueños y aunque hubo gente que me decía que me había puesto una meta muy alta, yo pensaba que si no era de esa manera, nunca sería capaz de dar el gran salto. Si te pones un techo muy bajito significa que tienes miedo de volar alto.
¿Cómo eres como padre?
Yo no tuve padre. Él nos abandonó en los años 80, se fue a EEUU y mi madre tuvo que luchar para sacarnos adelante y que no nos faltara de nada. Entonces me prometí a mí mismo ser el padre que nunca tuve. Para mi hijo mayor yo soy como su hermano y para Didi, igual. Yo trato de intentar ser con ellos como me gustaría que mi padre hubiera sido conmigo.
Profesionalmente también estás de enhorabuena, pero ¿qué ha pasado con Orishas?
Yo reunifiqué a Orishas con el dinero de Beatriz y el mío. Mi mujer y yo montamos una compañía discográfica que se llama “Chancleta Records” y volvimos a juntar al grupo. Roldan estaba tirado en París, Ruso igual, había mal firmado un contrato horrible y realmente no lo estaban pasando bien. Así que decidí, con el dinero de mi familia, montar una empresa y rescatar a la banda e invertir en discos y en crear de nuevo ese grupo que se había desintegrado.
¿Y funcionó?
Bueno, lo cierto es que, por más que lo intenté, rescaté a dos personas que tienen una forma de pensar totalmente diferente a la mía. Después, con la llegada del coronavirus fue cuando pensé que cada uno debería enfocarse en lo suyo. No sé qué pasará el día de mañana, pero ahora mismo mi enfoque está puesto en mí. Tanto Bea como yo sentimos responsabilidades sobre nuestra familia y el trabajo es algo que nos apasiona. No lo hacemos por dinero.
Hablemos de Rebelde, tu nuevo tema, interpretado por tu mujer y por Omar Montes. ¿Qué nos puedes contar de este inesperado trio?
Pues que es una canción que habla desde un punto de vista muy personal, habla del amor incondicional y de encontrar a esa persona que te cambia la vida. Creo que hay gente que vive a diario situaciones muy tóxicas y de repente les llega alguien que les hace olvidar ese mal pesar. Esta canción habla un poco de eso, de ese momento mágico en el que llega a tu vida algo o alguien que has estado esperando todo el tiempo. Sea lo que sea: un trabajo, una persona, un amigo… Me gusta dejar las cosas en el aire para que cada uno se pueda sentir identificado.
¿Cómo es trabajar con Omar?
Cuando empezamos a montar la canción le dije a Bea: “Aquí hace falta algo español”. Como artista le debo mucho a España y sentía que tenía que devolver una canción que sonara a este país. Yo me siento español, tengo pasaporte español, mi mujer es española y mi hijo es español. Y la verdad es que Omar me suena a la España racial que yo quería. Él y yo compartimos el mismo publicista y se dio la oportunidad así que la aprovechamos. Me di cuenta, mirando mis mensajes de redes sociales, que él hacía mucho tiempo me había escrito un mensaje muy bonito, diciéndome que le encantaba mi trabajo y que quería colaborar conmigo. Lo hizo a través de una pintura que su hijo pintó. Me encantó la forma tan bonita en la que me lo dijo. Lo llamé enseguida, nos hicimos amigos y encontré a una persona súper honesta, muy de barrio. Muchas cosas de mi vida encajaban con él.
No quiero terminar sin preguntarte cómo llevas el hecho de que tu mujer presuma de ti subiendo fotos tuyas a las redes sociales...
Pues me parece algo estupendo. Los hombres lo hacen continuamente con las mujeres. Es igualdad. Bea y yo nos entendemos perfectamente, porque somos tal para cual. Los dos somos rebeldes, nos retroalimentamos, los dos vinimos a la vida para ser mejores juntos y sentimos una gran admiración el uno por el otro.