Miley Cyrus ha sufrido un ataque de ansiedad en pleno directo mientras se encontraba ofreciendo un concierto en México, concretamente en el Corona Capital de la Ciudad de México, este mismo domingo. La cantante comenzó a sentirse mal, que no podía respirar con normalidad y que el pánico se adueñaba de ella, por lo que no lo dudó un segundo y compartió con sus miles de fans que acudieron a la cita lo que le estaba sucediendo, con la esperanza de que compartir su mal le ayudaría a dominarlo.
Tras darse un respiro y hablar un rato con su madre, Miley Cyrus regresó micrófono en mano y detalló lo que le estaba sucediendo, pues prefiere ser clara a la hora de hablar de salud mental, antes que andarse por las ramas y dar a entender algo bien distinto. “¿Alguna vez se sintieron con mucha ansiedad sin razón aparente y con mucha inseguridad? Yo me siento así ahora y no sé por qué, tenía miedo porque me sentía sola”, confiesa la estrella Disney que rompió con la compañía para labrarse un hueco en el mundo de la música, el cual domina como una estrella, a pesar de que su propia mente a veces le juega malas pasadas y le pone freno no solo a la hora de disfrutar de lo que hace, sino también para seguir adelante.Este ataque de pánico o ansiedad explica también por qué no se quitó las gafas de sol durante las dos horas que duró el concierto. También que tuviese que abandonar el escenario hasta en dos ocasiones más para buscar consuelo en los brazos de su madre, que estaba a su lado para hacerle entender que no estaba sola y que los miedos que le atenazaban el pecho tan solo eran fruto de su mente y que no corría peligro alguno.
“Ahora os veo y sé que no estoy sola, si mi música os ayudó también me ayudará a mí, vamos a superar esos miedos juntos”, añadió después Miley Cyrus tratando de dominar sus propios nervios. Algo que no quiso esconder, pues no motivo de vergüenza, por lo que habló abiertamente de lo que le estaba sucediendo, que estaba siendo víctima de un ataque de ansiedad: “Siento que soy la única persona que me impide seguir adelante. Nadie más tiene el poder y control de expresar nuestras creencias, filosofía, actitudes o decidir si hoy es un mal o un buen día. Y me he dado cuenta de que estoy jodiendo mi propia libertad. Es irónico”, reflexionaba sobre el escenario.