La temporada de nieve es larga en los países escandinavos y la Familia Real sueca saca el mayor partido posible de ella. De hecho, este fin de semana la princesa Victoria no se perdió la competición World Championships Biathlon 2019, que se celebraba en la localidad de Östersund.
La heredera y sus hijos
La princesa, de 41 años, acudió a la cita con toda su familia: su marido, Daniel Westling, y sus dos hijos, Estelle y Oscar, de siete y tres años respectivamente.
Bajo el temporal
El día no era precisamente apacible y la familia apareció bajo un intenso temporal de viento y nieve. Pero pertrechados con la adecuada ropa de abrigo, todo se supera...
La princesa Estelle, animando a su país
La primogénita del matrimonio no dudó en llevar una bandera de Suecia para animar al equipo nacional que competía en este torneo internacional. Estelle es la segunda en la línea de sucesión al Trono, después de su madre.
Una madre cariñosa
Mientras tanto, el benjamín, Oscar, hizo parte del trayecto en brazos de su mamá. Victoria es princesa y madre, y además una muy cariñosa, que no duda en mostrar sus gestos más maternales, lejos de la imagen más distante que antiguamente tenía la realeza en público.
Abrigando al pequeñín
Oscar, un príncipe muy apegado a su mamá
Estelle, la más animosa de la familia
Estelle demuestra tener un carácter muy abierto y expansivo. Es habitual verla participar en diferentes actos sin el menor rastro de timidez, lo cual la ha convertido en una de las jóvenes princesas más espontáneas de la realeza europea.
Listos para la ceremonia de clausura de la competición
Muy efusivos
Reponiendo fuerzas
Tras un desgaste de energía evidente y para afrontar las bajas temperaturas, nada mejor que reponer fuerzas comiendo algo calentito. Eso es lo que hicieron las chicas de la familia mientras observaban el devenir en la nieve. Victoria ha aprendido a comer tras una dura batalla contra la anorexia y la bulimia en su juventud. Hoy, afortunadamente, está sana y en plena forma, y es lo que seguro que trata de inculcar a sus pequeños.
¡A comer!
Victoria y su hija comieron de unos platos blancos. Estelle devoró con rapidez el contenido, hincándole el diente a un trozo de pan ante la mirada de su madre. Había que meter calorías al cuerpo para no quedarse "frozen"...