Cada 29 de noviembre es imposible no guardar un hueco para felicitar a Concha Velasco, uno de los rostros más icónicos y legendarios de las artes audiovisuales en nuestro país. La vallisoletana cumple este viernes 80 años con la retirada a la vuelta de la esquina, pero demostrando la misma energía que esta 'chica Ye-Ye' ha tenido siempre. Si hay algo que ha tenido en su vida es pasión y nunca ha renunciado a ella pese a que a veces le haya jugado malas pasadas.
Para hablar de todo lo que ha conseguido a nivel profesional habría que dedicar tantas páginas como pudiera tener una novela, pero su grandeza se extiende más allá de películas, obras de teatro o premios. A nivel personal es una mujer extraordinaria, repleta de vida y con una fortaleza envidiable. La misma que le hizo ganar la batalla al cáncer o superar una relación sentimental durísima.
El amor envenenado de Concha Velasco
Paco Marsó fue el hombre por el que la actriz bebió los vientos. Se enamoró perdidamente del productor en la década de los 60 y no vio más allá. Su príncipe azul acabaría convertido en rana y haciendo mucho daño a Concha Velasco. La arruinó, la engañó, la dejó sin casa y luego reconoció en un plató de televisión- y con un aplomo pasmoso- que "la quería como a una hermana". Unas cicatrices que perdurarán para siempre en la memoria de la excelsa artista.
La otra gran batalla que la castellano-leonesa ha vivido ha sido con Hacienda como duro contrincante. Las deudas acumuladas durante años la han ahogado, pero Concha pudo superarlas hace bien poco y eligió SEMANA para hacer público que había saldado todas sus cuentas pendientes con el fisco.