Mario Vargas Llosa ha vuelto a hacer saltar las alarmas por su estado de salud. Aunque todo apuntaba a que el Premio Nobel disfrutaba de uno de los momentos más tranquilos y felices de su vida en compañía de sus hijos y su exmujer, todo se paralizaba cuando su hijo Álvaro confirmaba su ingreso hospitalario. Un inesperado bache que la familia al completo está afrontando de manera conjunta y del que en Y ahora Sonsoles desvelaban los últimos datos, los cuales son lo más positivos posibles.
Fue en el último programa de Sonsoles Ónega en el que aseguraron que el escritor se encuentra "estable con tos y fiebre". Unas palabras con las que se demuestra que el peruano está a punto de superar este revés y que su evolución es favorable, habiendo experimentado todos los síntomas propios del coronavirus, entre los que está la fiebre.Por su parte, ni la que fuera su compañera de vida ni su hija Morgana han querido hacer declaraciones al respecto. Pese a que los medios de comunicación se han encontrado con ambas en los aledaños de la clínica Ruber de Madrid, ninguna de las dos ha querido hablar con ellos ni hacer referencia a Mario. Una actitud con la que han dejado entrever que siguen manteniendo una relación bastante tensa con los reporteros, motivo por el que prefieren preservar la intimidad del de Lima hasta nueva orden.
Álvaro Vargas Llosa, el portavoz de la familia
Era el pasado lunes, 3 de julio, cuando el hijo de Mario Vargas Llosa hacía uso de su cuenta de Twitter para compartir con sus seguidores lo último sobre el estado de salud de su progenitor: "En vista del interés de los medios por el estado de salud de nuestro padre, hacemos público que está hospitalizado desde el sábado tras habérsele diagnosticado el covid-19", comenzaba explicando en un comunicado muy conciliador: "Está siendo tratado por excelentes profesionales y acompañado por su familia. Rogamos a los medios de comunicación respetar en estos momentos su privacidad y la nuestra".
Una preocupante historia que se repite
De esta manera, todos ellos han tenido que vivir un episodio que probablemente mucho les recuerde al de abril de 2022, cuando el autor era contagiado por primera vez con coronavirus y tuvo que permanecer hospitalizado hasta que los médicos creyeron oportuno su alta. Pero lo cierto es que su situación personal nada tiene que ver con la de aquel entonces, habiendo pasado de la compañía de Isabel Preysler a la soltería.