La canción ‘I Will Survive’ de Gloria Gaynor es uno de los himnos discotequeros más importantes de la historia. Los temas de la cantante, de 81 años que esta noche visita ‘El Hormiguero’, están asociados a momentos de desenfreno y felicidad. Todo lo contrario, a su propia vida, repleta de desdichas a pesar de su enorme éxito musical.

Una niñez plagada de tragedias

Un padre ausente, el asesinato de su hermana, repetidos episodios de abuso sexual, una parálisis que casi la deja en silla de ruedas, la vida de la cantante bien responde a la traducción de su mayor éxito porque es toda una superviviente.

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Gloria Fowles, su nombre real, vino al mundo en una modesta vivienda de Newmark, en Nueva Jersey. Su madre tuvo que criar a siete hijos sin su padre, que abandonó a la familia pocas semanas antes de que la cantante naciese. Para sacarlos a todos adelante la matriarca trabajaba costurera y cocinera. "Me enviaba a la tienda a por 25 centavos de pieles de panceta y arvejas, y luego hacía pan plano con galletas de animal porque no podía permitirse levadura en polvo para fermentar la masa", recuerda la cantante.

Pero aquello no era lo peor: su madre intentó buscar estabilidad familiar al lado de una pareja que resultó ser el mismísimo diablo. Aquel hombre abusó sexualmente de la cantante cuando tan solo tenía 12 años. Pero aquello no quedó aquí, el del monstruo también lo hizo caundo ella tenía 17. "No hablé de ello con nadie porque siempre tenía miedo de que mi madre se enterara", dice.

El éxito se le resistió y un accidente casi arruina su vida

Como no podía ser de otra manera, aquellas agresiones afectaron a la salud mental de Gaynor y a sus posteriores relaciones sentimentales. Encontró cierta confianza en sí misma en los años 60 cantando en grupos musicales, pero el éxito le dio la espalda durante muchos años. Para colmo de males, cuando grabó su primer tema de relevancia en 1975, ‘Never Can Say Goodbye’ irrumpió en la escena musical Donna Summer y las discográficas prefirieron invertir en la carrera de la otra disco-diva.

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Pero aún hay más: la cantante tuvo en 1978 un accidente que casi la deja paralítica. Fue durante un concierto en Nueva York cuando se cayó del escenario: “Lo perdí absolutamente todo: mi carrera, incluso mi casa en aquel momento. En la compañía discográfica me dijeron que no me iban a renovar el contrato”, recuerda. Gloria superó aquello refugiándose en la religión y a día de hoy profesa una profunda fe cristiana. Todavía llevaba corsé ortopédico cuando ocurrió el milagro: la grabación de ‘I Will Survive’, el tema que le abrió las puertas del éxito planetario.  

Pero la biografía de Gaynor continuó atesorando momentos desagradables: más allá de un matrimonio lleno de infidelidades, en 1995 tuvo que hacer frente al brutal asesinato de su hermana en el emblemático Día de Acción de Gracias. Según explica Gaynor, la mujer pagó con su vida una acción heroíca: escuchó una discusión de pareja muy violenta e intentó socorrer a la víctima. “El hombre se volvió contra mi hermana, la tiró al suelo y le pisó la cabeza. Ella murió en un esfuerzo por salvar a alguien a quien ni siquiera conocía".

Estudió Psicología para ayudar a los demás

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 Precisamente por su historial de desgracias Gloria Gaynor ha querido utilizar su fama para involucrarse con causas solidarias. Preocupada por los huérfanos de Estados Unidos decidió estudiar psicología: “Lo hice porque quería ayudar en concreto a padres jóvenes, para ayudarles a entender lo importantes que son en las vidas de sus hijos. Y que siempre deberían formar parte de ellas, independientemente de si viven con ellos o no. Así que espero poder ayudar a una organización a conseguirlo para ser la voz también de la ‘hija abandonada”.

 Además, a pesar de su cruda biografía, Gaynor siempre se ha repuesto de los golpes de la vida y afronta su vida con optimismo. La cantante, que actúa esta semana en el Wizink Center de Madrid, es un ídolo incontestable y recientemente ha recibido incluso el apoyo de Madonna que ha interpretado su tema más emblemático durante su última gira de conciertos a modo de tributo.