Tamara Falcó se ha convertido en una de las protagonistas de la semana al conocerse su nueva relación con Iñigo Onieva, un guapo diseñador de coches ocho años menor que ella. Desde que se confirmara su relación (aunque ella no ha querido pronunciarse al respecto), son varias las ocasiones en los que hemos visto a la pareja realizando planes por Madrid. Pero unos planes que le podrían costar caros, ya que ambos se habrían saltado el confinamiento para quedar y verse. Pero, ¿qué es lo que ha ocurrido? Lo contamos TODO.En la noche del martes, Tamara e Iñigo disfrutaron de una agradable cena en uno de los restaurantes más exclusivos de la zona de La Moraleja, donde vive el diseñador de coches. Por otra parte, la hija de Isabel Preysler vive en la zona de Puerta de Hierro, en plena capital. El caso es que la colaboradora de televisión se trasladó desde su casa hasta la Moraleja, una de las zonas básicas que está confinada desde el pasado lunes.
El novio de Tamara Falcó vive en una de las zonas confinadas
La Moraleja se convirtió este lunes en una de las nuevas seis zonas básicas de salud confinadas en la Comunidad de Madrid, donde hay un total de 30 áreas en las que no es posible entrar ni salir salvo por motivos justificados, como ir a trabajar. Esta zona cuenta con una tasa de incidencia de 403 por cada 100.000, y pertenece al municipio de Alcobendas, en el norte de la Comunidad de Madrid. A pesar de esto, está ubicada a varios kilómetros de distancia del resto de barrios de la localidad.Esto se traduce en que Tamara Falcó se habría saltado las restricciones al entrar en esta zona básica de salud para encontrarse a cenar con su novio, Iñigo Onieva. Y es que la hija de Isabel Preysler no podría haber accedido ya que no tendría ningún justificante que le permitiera entrar en La Moraleja. Algo parecido ocurrió un día después, pero en esta ocasión era al contrario.
Tanto Iñigo como Tamara se podrían enfrentar a una multa económica
Un día después de esta romántica velada en un exclusivo restaurante, Tamara y su novio volvieron a verse. En esta ocasión era en el centro de la capital. Ambos quedaron con otros amigos para disfrutar de una agradable cena, saltándose así el confinamiento el diseñador de coches. Este habría salido de La Moraleja, donde reside, para quedar a cenar con su novia y sus amigos. El joven se tendría que haber quedado en casa guardando el confinamiento pertinente y tan solo se podría haber desplazado al centro de la capital con un motivo justificado como ir a trabajar, acudir a una cita médica o atender obligaciones familiares ayudando a una persona dependiente, entre otros motivos que nos permiten este desplazamiento. Pero ninguno de estos sería el de ir a un restaurante a cenar con tus amigos.Al saltarse las restricciones de movilidad, ambos se estarían arriesgado a que las autoridades le interpusieran una multa que va desde los 600 hasta los 600.000 euros, dependiendo de la gravedad y reiteración del inclumplimiento.