Tamara Falcó está disfrutando de la organización de los preparativos de su boda con Íñigo Onieva, que se celebrará el próximo 8 de julio en la finca El Rincón. Justo unos días después de viajar hasta Bilbao para cumplir con la primera cita para su vestido de novia en 'Sophie et Voilà', la hija de Isabel Preysler ya está de vuelta en Madrid para retomar sus compromisos profesionales. Sin embargo, ha encontrado un hueco para disfrutar de la fe y no ha dudado en ir a misa junto a su prometido.

Hace un tiempo, la pareja habló públicamente de la promesa que se hicieron. Tamara Falcó aceptó salir por las noches algunos días a cambio de que el empresario le acompañara a misa los domingos. Para que su reconciliación fuese posible, Tamara le impuso unas cuantas condiciones a Iñigo Onieva y parece que el empresario está cumpliendo a rajatabla con todas ellas. Tamara e Iñigo acudieron el pasado domingo juntos a misa, coincidiendo con domingo de cuaresma, y lo han hecho en una iglesia muy importante para ambos, la Iglesia de Santa Bárbara.

Acudieron a la Iglesia en la que surgió su noviazgo

Tamara Falcó se lleva a Íñigo Onieva a misa
Gtres.

Esta es la iglesia que más cerca queda de la casa que compartían cuando se conocieron y a la que acudían juntos cuando empezaron con su noviazgo. Ahora han querido volver para recordar viejos tiempos. Dieron un paseo por las calles del barrio hasta que llegaron a la Iglesia. Juntos subieron la escalinata y entraron para pasar un rato en el interior. Parece que han encontrado un punto en el que ambos disfrutan con las aficiones del otro. Después de pasar un rato dentro, Tamara e Íñigo salieron en compañía de unos amigos, con los que hablaron animadamente. Luego se despidieron para coger caminos separados.

Íñigo Onieva se enfada con la prensa

VÍDEO: Europa Press.

VÍDEO: Europa Press.El empresario está cansado ya de que durante su día a día sea perseguido por la prensa. Eso le ha llevado a reaccionar de una forma sorprendente, ya que normalmente atiende a los medios con simpatía aunque no diga nada. La marquesa de Griñón cambia su semblante en un momento dado, ya que en todo momento se muestra sonriente hasta que escucha a su prometido echar a los periodista con un "yo nunca voy a responder, por favor, dejadnos en paz que esto ya está siendo muy intenso. Os agradezco, se acabó, se acabó, gracias chicos, hasta luego, gracias" y les invita a marcharse gesticulando con las manos, visiblemente molesto.