Este lunes, Tamara Falcó ha debutado como colaboradora en 'El Hormiguero'. En su primer día en el programa de Pablo Motos se ha mostrado nerviosa, pero con muchas ganas. Y ha hablado de todas las cuestiones que tanto interés despiertan entre sus admiradores: su madre, su pasión por la cocina, su recién heredado título de Marquesa de Griñón o los kilos de más que cogió hace un tiempo.

A partir de ahora, Tamara Falcó compaginará su trabajo como colaboradora de 'El Hormiguero' con su labor como jurado de 'El Desafío', el nuevo concurso de Antena 3.

Muchos aún recuerdan el tiempo que Tamara lucía bastante más rellenita que de costumbre. En su momento comentó que sufrió desarreglos hormonales, pero ahora ha revelado que sus problemas con la báscula también se debieron a sus excesos con la comida. Ahora luce una figura envidiable. Incluso comparte sus secretos de nutrición y vida sana con sus cerca de 850.000 seguidores. Pero no hubo un tiempo en el que le costaba mantener a raya los caprichos.

"Era un momento de mucho estrés emocional"

Tamara Falcó

Fue en 2016 cuando vimos a Tamara Falcó lucir más talla de lo habitual. "Ese verano me quedé mucho tiempo en casa pensando en mis problemas y lo único que hacía era comer". La aristócrata ha explicado en el programa de Antena 3 que no decía 'no' a la comida basura: "Comía patatas fritas y eso".

Todo cambió el día que decidió pedir ayuda. Fue a una clínica especializada para que la ayudasen con un plan de régimen a su medida. Así fue cómo empezó a compaginar dieta con la práctica deportiva. Y con mucha vida social. Porque "cuando sales de casa se te olvida". Tan redondita se puso que su madre aún bromea con el aspecto que tenía entonces: "Fueron 20 kilos. Mi madre dice que casi no podía abrir los ojos. Decía: ¡Ay! ¡Sí! ¡Pobrecita! No se te ven los ojos".

"Era un momento de mucho estrés emocional", ha admitido. "Conseguí sobrellevarlo. Clínica, deporte, salir un poco", añadía. En la actualidad está estupenda. Hace deporte, lleva una vida sana y cada día presume de una figura más envidiable.

"Soy pija, pero pelo conejos"

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Otro de los temas de los que ha hablado Tamara en 'El Hormiguero' ha sido sobre su fama de pija. "No descarto que sea pija, pero pelo conejos", bromeaba. "Mi tío Miguel decía que ser pijo es como que eras gilipollas. No me identifiqué con eso necesariamente".

A sus 38 años, Tamara es consciente de que el gran público la conoció gracias a su paso por el 'talent' gastronómico 'MasterChef Celebrity 4', donde se alzó como ganadora. "A partir de que me vieran pelar conejos dijeron: 'Algo tiene esta niña. No me habían ubicado". Y ha admito que la experiencia le "vino fenomenal".

Ser Marquesa de Griñón "es como heredar una encina milenaria"

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Tras la reciente muerte de su padre, fallecido el pasado mes de marzo como consecuencia del coronavirus, Tamara heredará del empresario vinícola el de Marquesado de Griñón. Aún no es marquesa, pero ya ha iniciado el papeleo. ""Mi padre lo dejó en el testamento, pero aún queda un proceso. Es un proceso muy largo" y "todo es nuevo". Ha explicado que aún queda mucho para convertirse oficialmente en miembro de la nobleza española. "Igual llega un primo lejano que dice que le toca a él. Es la primera vez que soy marquesa. Un título que asume con enorme orgullo: "Es como una encima milenaria que luego te pasan a ti. Tienes que levar el nombre bien. Cuando lo firme el rey preguntaré cuándo son mis derechos, si es que me lo firman".

 

Ser Marquesa de Griñón "es como heredar una encina milenaria"

tamara falco isabel preysler

En su entrevista con Pablo Motos, Tamara ha admitido que suele discutir "sin parar" con su madre, Isabel Preysler, con quien convive en la madrileña urbanización de Puerta de Hierro. "La veo inalcanzable", subrayaba. Desde que ganó 'MasterChef' discrepan en materia de cocina. "Me dice: 'Te vas a comer eso? ¡Qué horror!". Y es que ahora es una experta en recetas. Este verano la hemos visto corpresentando 'Cocina al punto' con el chef Javier Peña. Tras su paso por los fogones de la cadena estatal se ha convertido en un verdadero reclamo en materia gastronómica. Y eso que de pequeña tenía vetado el acceso a la cocina: "Postres es lo único que me dejaban hacer de pequeña: brownies, soufflés, cookies".