“Tamara y Iñigo tienen el gusto de invitarte a la ceremonia religiosa y a la celebración de su matrimonio que tendrá lugar (Dios Mediante) el sábado 8 de julio de 2023, a las siete de la tarde, en el Palacio El Rincón (Aldea del Fresno, Madrid). Se ruega confirmación”. Es el texto que se puede leer en la invitación de boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva. Una invitación, por cierto, de corte clásico y cuyo texto parece escrito a pluma que los futuros casados han enviado ya a la extensa lista de invitados que irán a su enlace.
La invitación elegida por la marquesa de Griñón y su novio dice más de la pareja de lo que a priori pueda parecer. Ambos han optado por un modelo tradicional, tanto por el tipo de papel elegido como por el color -níveo- o la tipografía. No esperábamos menos de una mujer tan fiel a las buenas costumbres como la aristócrata.
Un detalle que llama la atención de la tarjeta es que en el interior de la hoja de apertura hay una especie de marco de tamaño cuadrado. Este cuenta con un espacio para poder incluir una foto de tamaño 1:1 de la ceremonia. Una imagen que, muy probablemente, podrán llevarse consigo tras finalizar el enlace... como obsequio o detalle especial para los asistentes.
Los invitados que confirmen su asistencia a la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva recibirán un código de confirmación.
También resulta destacable que en la invitación aparece el nombre del Marqués de Griñón, Carlos Falcó, quien perdió la vida en el año 2020 como consecuencia de la pandemia del coronavirus. Se trata de algo habitual en este tipo de documentos cuando uno (o varios) de los progenitores ha fallecido. Según el protocolo normal en muchas invitaciones de boda. En caso de que el padre de los novios haya fallecido, puede ponerse en el lugar correspondiente el nombre del padre fallecido acompañado de una cruz o un asterisco, como han hecho Tamara e Íñigo.
Otro de los detalles que resultan especialmente llamativos es que los invitados que confirmen su asistencia recibirán un código de confirmación. Suena extraño. Y realmente lo es. Como poco, novedoso. Esta medida podría tener que ver con el afán de Tamara y su pareja de garantizar la máxima seguridad el día de su boda. Puede que este código lo utilicen las personas encargadas de velar por su seguridad como método eficaz para que no exista la posibilidad de que entre ningún 'infiltrado' a la ceremonia.