Susana Molina (La isla de las tentaciones): "Gonzalo sigue sin asumir nuestra ruptura"

Estoy bien, en general. Si tuviera que elegir una palabra para definir cómo me siento, te diría que estoy aliviada. Cuando me he visto en la tele lo he pasado muy mal, porque  no me acordaba de nada de lo que había pasado allí; yo lo recuerdo de otro modo. Yo no había visto el momento final de Gonzalo, por ejemplo, cuando se tira al suelo completamente abatido y llorando. Fue muy duro.

Sí y lo entiendo perfectamente y es algo de lo que me arrepiento de alguna manera. Creo que me equivoqué, porque él no se merecía que lo dejase delante de todo el mundo. Pero es cierto, y de eso no me arrepiento, que si no hubiese sido así, no habría tenido el valor.

Creo que la ruptura habría ocurrido igual, pero más tarde y quizá no hubiese sido tan sincera. Es que no sé que me pasó, es como si me hubiese tomado el elixir de la verdad esa noche, que no es que yo quisiera mentir, es que fue como que algo se me despertó en la mente y lo tenía que contar. Ha sido la primera vez en mi vida creo que las cosas que decía no pasaban por el cerebro, que es lo que yo normalmente hago. Me salían del corazón. Quizá fuera no hubiese sido así, seguro.

Esta es la pregunta que todo el mundo se hace y que yo nunca he respondido porque de verdad que no sé explicar bien lo que me ha pasado. Fue un proceso: primero sentí rabia, luego llegó la decepción, la vergüenza... hasta que llegué a sentir culpabilidad. Creo que lo que me estaba pasando es que me estaba desenamorando, pero no quería verlo.

Sí, claro. Él es mucho más dependiente de su familia que yo, así que por eso decidí dar el paso y mudarme. Además me gusta mucho Sevilla y arriesgar. No conocía a nadie, solo a Gonzalo y a su familia y fue difícil al principio.

No, siempre digo que aunque la relación haya terminado, estos 6 años para mí han sido los mejores.

Llegamos a Sevilla y yo tenía que mudarme, pero lo estaba alargando lo máximo posible porque lo temía y sabía que Gonzalo no me iba a poner las cosas fáciles. Así que me fui a casa de mi amiga Anabel Pantoja unos días. Y cuando llegó el momento de la mudanza fue superdramático. Yo recogiendo las cosas, él pidiéndome por favor que no lo hiciera... y al final discutimos y él decidió irse porque no podía verme recogiendo las cosas. Así que vine a Madrid, a un piso que alquilé con Anabel. Fue todo rapidísimo. Hice la mudanza en 4 horas y me fui.

No me despedí de nadie, ni de su familia ni nada, me fui por la parte de atrás. Algo que estuvo mal y que también ellos me han reprochado, pero es que no estaba preparada. Todo el mundo piensa en Gonzalo, porque es el que está llorando porque le he dejado, pero nadie piensa que yo también lo estoy pasando mal y que no podía despedirme porque lo iba a pasar fatal. Y tampoco creo que yéndome así sea una desagradecida, que conste.

No nos hemos vuelto a ver, aunque sí que hemos hablado en alguna ocasión. Pero siempre acabamos fatal, sobre todo porque a él le cuesta mucho aceptarlo. Yo estoy mal porque lo echo de menos como compañero y amigo, pero él lo está pasando peor porque necesita superarlo y me escribía cada dos por tres.

Yo no. Él, no sé.

Porque no lo ha aceptado. Es la misma actitud que tenía en la hoguera: “no, no y no” y es la que sigue manteniendo. Pero se lo agradezco, porque para mí habría sido duro volver a verlo llorar y escuchar eso de por qué he tirado seis años a la basura. Espero que algún día entienda que no es así, no es culpa suya ni mía, que simplemente el amor se ha acabado y ya está. Él cree que llega un momento en la relación en el que dejas de sentir mariposas en el estómago, y yo tengo una idea más estúpida del amor, pero la prefiero.

Muchísimas.  Y es verdad que mis amigos decían que no pegábamos nada, pero yo no lo he dejado por eso, yo lo he dejado porque me desenamoré. Pero no fue en la isla, allí fue solo donde me di cuenta.

Gonzalo me había metido en la cabeza que yo era selectiva y poco sociable y no es verdad, pero cuando alguien no me gusta, como por ejemplo Rubén, prefiero decírselo. Gonzalo aunque no le guste alguien, aguanta porque prefiere evitar cualquier momento tenso. Y para él esto es ser poco sociable.

Estoy abierta a lo que venga.

Sí, eso sí. Por ejemplo ya he dicho que no a hacer un montón de bolos, tengo claro que eso no es lo que quiero. Y también hay determinados programas de televisión que tampoco me apetecen, pero no por nada, sino simplemente porque no me veo. Por ejemplo, me han ofrecido el trono de Mujeres y hombres y viceversa y he dicho que no porque creo que no es mi perfil. Tengo claro lo que sí debo hacer y lo que no.

Sí, la verdad es que sí. También es verdad que hace 7 años que salí de Gran Hermano y ya he pasado por todo ese proceso de aceptar cosas que no me gustaban por inmadurez, por dejarme llevar, por el dinero... Ya en su momento hice cosas que no quería.

Pues algunos bolos, por ejemplo, o posar para Interviú, algo que a día de hoy no aceptaría y que en aquel momento no pensé bien… Hacía todo lo que me venía pero ahora no. En este momento de mi vida pienso en que estoy cómoda y no quiero plantearme nada de lo que me pueda arrepentir cuando pasen los años.

Pues fíjate si lo he invertido bien que no lo he gastado. Es que mi estilo de vida no cambió tanto, porque no soy de gastar mucho. Es verdad que vivo cómodamente, viajo mucho, pero ya está. A mí lo que me cambió la vida fue Instagram. Mi vida es más cómoda gracias a las campañas en las redes sociales.

Buah, lo llevaba fatal, fatal… Yo empecé a meterlo un poco en este mundo sobre todo en el último año, pero él pasaba olímpicamente de las redes sociales y teníamos muchísimas peleas por eso. Gonzalo no entendía que yo pasase mucho tiempo con el móvil y es verdad que en una pareja si los dos no se dedican a lo mismo… Por ejemplo, me tenía que hacer mil fotos para subirlas a mi cuenta y claro, se las pedía a él. Pero a Gonzalo no le apetecía. Siempre acabábamos peleados. Así que al final prefería contratar a un fotógrafo solo por no discutir con él.

Algunos sí. Sobre todo, viajes. A ver esto era también un problema porque yo intentaba meterlo a él siempre y no siempre era fácil porque había marcas que me querían solo a mí pero no a él... ¿Como lo solucionaba? Pues no me quedaba más remedio que bajar el precio de la colaboración o decir que no directamente. Y me arrepiento, la verdad, decía que no por no tener una pelea, pero creo que no tendría que haberlo hecho.

Somos muy amigas. Vivimos juntas, lo sé todo de ella… Es que hemos compartido muchas cosas. Nos conocimos en Sevilla hace casi seis años, por casualidad. Teníamos unos amigos en común e íbamos a coincidir en el primer día de feria, que es cuando tienes que ir superarreglado. Y de repente me escribe un amigo: “Que dice Anabel que qué te vas a poner”. Y a mí en ese momento me dio mucha ternura… Yo pensaba: “Jopé,  que es Anabel Pantoja... Y está  insegura y me está preguntando a mí”. Y ahí ya me ganó. Esa noche nos conocimos y me pareció lo más. Desde ese día no nos hemos separado nunca. Vivimos juntas en Madrid y hemos vendido la empresa que montamos en Sevilla, el salón de uñas, porque como nos íbamos las dos… Yo confío muchísimo en ella por eso hicimos la empresa. Fíjate, yo con Gonzalo, aunque lo hemos hablado, nunca montaría una empresa porque sé que acabaríamos peleados, pero con Anabel todo fenomenal, nos complementamos súper bien.

Ella con Gonzalo bien, pero ha entendido perfectamente lo que me ha pasado. Veía lo que todo el mundo, que no pegábamos…

No, no, ella sabe que yo no quería.

Cuando me dijo que se casaba le dije que estaba loca, pero es que está tan feliz… Omar le aporta todo lo que ella necesita. Ella que es tan dramática, tan inestable… y él es tan tranquilo, tan positivo… Se llevan muy bien.

Sí, totalmente. Me lo he pasado tan bien… Necesitaba pasarlo así. Ahora pienso, cuando sea mayor tengo tantas cosas que contar…

Sí, es que yo vivo el momento y me lo he pasado tan tan bien… ¿Qué se ha acabado mi relación? Bueno, si es que se tenía que acabar de todas formas. Así que yo  le doy las gracias al programa por haberme dado el valor que necesitaba. Sin ellos no hubiera dado el paso porque tenía una vida tan feliz, tan cómoda… Y ahora estoy fenomenal.

Yo vi claramente que Rubén pasaba de Fani. Mira a lo mejor yo soy un poco intensita pero si a mi me gusta una persona y sé que voy a estar con ella por un tiempo limitado, pues  intento aprovecharlo al máximo y no desaprovecho ni una sola oportunidad. Yo veía que era ella la que todo el tiempo tiraba de él y Rubén cada vez que podía, como que se desvinculaba de ella. Pero claro, a Fani le interesaba escuchar solo lo que ella quería oír, aunque yo creo que en el fondo ella sabía que yo tenía razón. De hecho, en cuanto terminó la hoguera me lo dijo. A ver, ella veía cosas pero no quería darse cuenta, es como que ella estaba viviendo en al campamento del amor y no quería ver nada. Ella estaba feliz, pletórica, estaba pilladísima por Rubén y no quería verlo.

Sí, con él y con Julián son con los que más hablo. Pero ni siquiera hemos quedado… Aunque bueno, entre tú y yo, si le dijese de quedar me diría que sí. Creo que fuera de cámaras yo sería la chica que más le hubiera gustado. Fotos: Soledad González