Son muchos los que piensan que Steisy muestra sin tapujos cada pensamiento y sentimiento que experimenta en las redes sociales o en su canal de MtMad, pero lo cierto es que no es del todo cierto. Aunque se muestre alegre y dicharachera en estas plataformas, en su interior sigue latente un pasado complicado y doloroso, el cual incluso le llevó a sumirse en un proceso de autolesiones. La popular concursante de realities ya había hablado abiertamente sobre sus trastornos con la alimentación o los procesos depresivos que sufrió en el pasado y contra los que aún lucha por no recaer. Pero lo que todavía no se conocía es que en esa época tan dura de su vida llegó incluso a adentrarse en la autodestrucción que le empujó a autolesionarse, lo que ponía en serio peligro su propia vida. Ahora Steisy se ha sentido preparada para contar lo que vivió en aquellos años y cómo se provocaba dolor físico para aliviar el emocional y psicológico.
“La vida que yo he vivido ha sido complicada y eso me llevó a no estar bien de los nervios, a tener déficit de atención, a no sentirme segura en la vida. Ese nerviosismo te lleva a hacer cosas involuntarias que se convierten en costumbre, en un TOC, o en un vicio… como las autolesiones”, comienza a relatar Steisy a sus seguidores a través de su canal de vídeos. La colaboradora de televisión pasa a relatar en qué consistieron, en su caso, este tipo de lesiones que se autoinfligía cuando tan solo era una niña y que ponían en riesgo su integridad física: “Hay quien se hace pequeños cortes, hay quien, como yo, que se arranca el pelo. Yo no me daba ni cuenta, pero empecé arrancándome las pestañas, luego las cejas, hasta que me quedé calva de pestañas con 9 años”.
Eso solo fue el inicio, porque “con 12 ó 13 años me dio por comerme los pelos. Suena a loca del coño, pero cogía los mechones y los que llegaban a la boca me los iba mordiendo”, confiesa. Unos problemas que fueron mutando con el paso de los años casi sin darse cuenta: “Cuando fue más mayor conseguí controlar mejor esos tics o esos TOCs, pero luego en el sexo, aunque iba todo bien, en cuanto terminaba con algún chico me sentía hasta mal, sentía rechazo y asco y no sabía cómo librarme de él, algo que también fue una manera de autodestruirme. Es por eso que me convertí en trabajadora compulsiva, de nuevo otra forma de autodestrucción, para no ver la realidad”.
El motivo de esta autodestrucción de Steisy
Steisy ya narró en su día algunos capítulos difíciles que experimento en su niñez y que le han marcado de por vida. Sin embargo, nunca había ahondado como hasta ahora: “De pequeña sufría bullying. Yo me levantaba por la mañana y nadie me podía asegurar que no me fuesen a pegar ese día, que no fuese a tener algún problema o no me fuese a acostar en la cama asustada o llorando por esa inestabilidad de no tener una casa fija, de estar dependiendo de otra gente, de dar las gracias por todo. Eso te crea una inseguridad con la que crees que no tienes nada seguro, que no va a tener nada tuyo, ni nada para siempre. En esas situaciones, al final, terminas por sentirte mal contigo misma, todo lo que haces te hace sentir mal. Cuando tienes un cargo de conciencia empiezas a no quererte, a coger manía a ti misma y eso te lleva a las autolesiones, a automaltratarte como una manera, quizá, de tener bajo control las situaciones”, narra con crudeza Steisy.
Steisy entiende que ahora, a sus 30 años, debe convivir con este tipo de pensamientos intrusivos y así mantenerlos bajo control. Recuerda con tristeza su infancia, pero se esfuerza en mirar con optimismo el futuro: “Me habría gustado tener ciertas experiencias bonitas que ha tenido otra gente, me gustaría ser mucho menos desconfiada. Es muy duro vivir con rencor. He acumulado mucho y eso no te hace vivir en paz, pero ahora que soy más mayor estoy empezando a descargarme de culpa y a quitarme ese cargo de conciencia. A veces he pensado que ha sido por actitudes mías, que soy rara o me he alejado, pero tampoco sé lo que es una palmada en la espalda de alguien que me importa. No sé lo que es el apoyo incondicional. A veces pienso que no sé lo que piensa de mí realmente la gente que quiero, o que cuando dicen que están orgullosos de mí, no me lo creo, lo pongo en duda y pienso que al final solo yo voy a poder estar orgullosa de mí”, confiesa entre lágrimas Steisy, que poco trata de recomponer su vida, a pesar del pasado que ha creado una herida difícil de sanar en su corazón y su mente. Tiempo al tiempo.