Ana Obregón está pasando unos días en Mallorca, donde se refugia de la ola de calor que azota nuestro país. La actriz no solo ha viajado hasta allí para escribir el libro que dejó aparcado cuando murió su hijo, sino que también se ha llevado consigo a su padre, con el que está exprimiendo al máximo el tiempo. No dejan de pasar momentos juntos y Ana no puede estar más agradecida. Tanto es así que ha querido compartir desde su casa de Mallorca algunas de las fotos que se ha hecho con él.

La actriz da un tierno beso a su padre con vistas al mar

Sin maquillaje y sin peinar: el tierno beso de Ana Obregón a su padre en Mallorca
© Redes sociales.

"???À ? ?? ❤️ Me estoy aprovechando de ti estos días Papá, no paro de besarte y achucharte. Un poco salvaje por mi parte mi presencia sin casi nada de maquillaje y sin peinar. Pero con mucho amor. Aunque se que por dentro tú echas infinitamente de menos al amor de tu vida y yo al mío, no nos decimos nada. Solamente nos abrazamos mirando a ese mar Mediterráneo que un día nos hizo tan felices. #amor #amordehija #soloquedamoslosdos ?", ha escrito la actriz junto a varias fotos posando junto a su padre.Ana ha destacado que está de lo más relajada y que eso le lleva a no querer maquillarse y tampoco peinarse. Dice ser salvaje por no haber dado el paso de prepararse para estas fotos. Pero la actriz no puede estar más relajada y feliz de estar con su padre, al que adora y con el que siempre ha mantenido una relación de lo más increíble.

Está disfrutando al máximo de la compañía de su padre, al que adora

Sin maquillaje y sin peinar: el tierno beso de Ana Obregón a su padre en Mallorca
© Redes sociales.

En su refugio de las Islas Baleares también está ocupando su tiempo escribiendo el libro que dejó a medias su hijo antes de morir.  Ana Obregón está trabajando en la Fundación Aless Lequio, donde dedica sus esfuerzos en recaudar fondos para la lucha contra el cáncer. Todo lo hace por el joven empresario y, ahora, revela que ha comenzado a reescribir un libro que su hijo comenzó hace dos años, pero que no pudo terminar. Ha necesitado más de dos años para reunir las fuerzas pero ya ha empezado a trabajar en ello.«Por fin. Después de dos años he reunido las fuerzas suficientes para empezar a escribir este libro. Se lo debía a mi hijo«, comienza diciendo. Ana Obregón revela que el joven empresario «durante su enfermedad empezó a escribir una joya qué nunca pudo terminar». Para ella no ha sido fácil tenerlo entre sus manos y confiesa que «tardé casi un año en poder leerlo». Ahora, siendo consciente de que «su talento para la escritura no podía quedar en un cajón», ha empezado a trabajar en él porque «siempre me decía que su mayor deseo era publicarlo».