No está siendo una buena temporada para Shakira. Aunque en el terreno profesional está imparable con su canción ‘Te felicito’, en la que ha encerrado muchos dardos envenenados a Gerard Piqué tras su ruptura al sentirse traicionada, a nivel personal está viviendo un auténtico calvario. La cantante no solo tiene que hacer frente a sus problemas con el futbolista tras romper su vínculo y tener que reconstruir su vida desde cero y con muchos obstáculos, sino que también tiene problemas con Hacienda por no haberse puesto al día con sus responsabilidades con el fisco, sufre el asedio de un acosador en su casa de Barcelona y, por si todo eso no fuese suficiente, también se ha unido un nuevo ingreso de su padre, William Mebarak, en el hospital. Pero hay más. En su última visita al centro médico donde su padre busca recuperar la salud a sus 90 años, ha sufrido un percance de lo más incómodo y encima frente a las cámaras de los reporteros que siguen sus pasos. Shakira no levanta cabeza.
Suele decirse que las desgracias nunca llegan solas y en el caso de Shakira parece que esta consideración se ve confirmada. La cantante de Barranquilla, Colombia, está muy pendiente de la evolución de su padre, que a sus 90 años ha tenido que ser de nuevo ingresado, esta vez en la Clínica Teknon de Barcelona, tras la caída que sufrió al llegar a la ciudad para arropar a su hija en medio de la vorágine despertada por su ruptura de Gerard Piqué. La caída fue de lo más aparatosa y teniendo en cuenta su avanzada edad, fue hospitalizado y la cantante ya mostró cómo se volcaba en la recuperación cognitiva con diversos ejercicios para que su padre mejorase, además para desmentir que su visita al hospital fuese por un “ataque de ansiedad” que ella hubiese sufrido tras una supuesta discusión con su ya expareja, como así se dijo en un primer momento. Ahora, tras ver que su padre no ha mejorado, se han visto obligados a hospitalizarlo de nuevo y cuando Shakira ha ido a visitarlo a la clínica, se ha topado con un nuevo e incómodo inconveniente, que le ha crispado más los nervios si cabe.
Shakira llegaba a la Clínica Teknon de Barcelona acompaña de su hijo mayor, Milan. Lo hacía en su propio vehículo, su ya habitual furgoneta campera que suele utilizar para sus escapadas familiares, dejando los lujos y la ostentación a un lado. Cuando aparcó en las inmediaciones del centro médico, se percató de que tenía un nuevo problema al que hacer frente, por si no tuviese ya suficientes: tenía dos ruedas pinchadas. Lo extraño es que no se hubiese dado cuenta de este peligro para la conducción, pero por fortuna su domicilio está situado muy cercano de la clínica y no tuvo que lamentar males mayores, pues no terminó en accidente.
Aun así, su furgoneta no está en condiciones para salir a la carretera, pues sin dos de sus ruedas operativas es muy complicado poder circular. Y algo ya se olía la propia cantante, que al aparcar lo primero que hizo fue comprobar el estado de sus ruedas, confirmando sus sospechas de que algo no andaba bien. Es por ello que tuvo que ser socorrida por una grúa para poder acercar el vehículo a un taller en el que poder sustituir las ruedas dañadas por unas nuevas, una tarea siempre tediosa, más aún con la presencia de la prensa y en la delicada situación en la que se encuentra. Esto explica la sonrisa de circunstancias que lucía, y es que sospecha que este incidente no es casual, pues es raro pinchar dos ruedas a la vez, lo que le hace creer que ha sufrido un sabotaje.