Han pasado ya ocho meses de ese fatídico 28 de mayo en el que el futbolista Sergio Rico sufrió un accidente con su caballo en El Rocío y por el que tuvo que pasar 82 días ingresado con un pronóstico muy grave. Varias patadas del animal le causaron un traumatismo craneoencefálico que lo tuvieron en coma durante más de tres meses. Sin embargo, fue el 18 de agosto cuando volvió a nacer y pudo salir del hospital de Sevilla con una larga recuperación por delante pero feliz de poder volver a la vida. Ahora, más de medio año después, el deportista y su mujer, Alba Silva, han vuelto a El Rocío para darle las gracias a la Virgen por hacer que todo haya quedado en un susto. ¡Dale al PLAY al VÍDEO para ver sus rostros de felicidad!

Un año especialmente duro para Sergio Rico y Alba Silva

Ha sido un año especialmente duro para la pareja, que tuvieron que hacer frente a este accidente que al principio parecía extremadamente grave. La influencer no se separó ni un momento de su marido durante su hospitalización. Era por fin en agosto cuando por fin el futbolista podía salir del hospital por su propio pie, agradecido también al personal sanitario y por todo el apoyo que había recibido. Es por eso que ahora han querido regresar al lugar donde sucedió todo, para darle las gracias a la Virgen del Rocío por todo lo que han hecho por ellos y para pedirle que tenga una pronta recuperación. 

Sergio Rico y Alba Silva en París antes del accidente
Sergio Rico y Alba Silva han posteado la primera imagen juntos desde la clínica en la que ingresó (Foto: Redes sociales)

Alba Silva ha sido la encargada de actualizar en todo momento el estado de salud de Sergio Rico. Algo que también la ha afectado anímicamente, ya que ha sido un proceso muy complicado para toda la familia. De hecho, hace poco la influencer contaba a sus seguidores en las redes sociales que no sabía qué hacer con el vestido que llevaba el día del accidente: si volvérselo a poner, si tirarlo, incluso si quemarlo de los malos recuerdos que le traía. Sin embargo, finalmente ha tomado una determinante decisión: va a subastarlo y, el dinero que gane, va a donarlo a una organización benéfica. Todo un bonito gesto para enterrar para siempre este duro episodio en sus vidas.