Es muy diferente a su popular hermana la actriz Paz Vega, aunque ambas comparten su pasión por el arte. Y es que Sara Vega lleva toda la vida dedicada al mundo del espectáculo. La actriz y bailaora nos recibe en medio del polémico estreno de la obra Yerma, protagonizada por Rafael Amargo, donde ella es una de las protagonistas. Sara nos habla de su vida, su trabajo, su familia y, de paso, nos deja entrar en la que es: “la casa de sus sueños”.
La que se ha armado…
No me lo esperaba para nada, pero he estado desconectada de todo lo que se ha formado. Sí es verdad que mi alrededor ha contactado conmigo para interesarse, pero yo me he enfocado en mis ensayos.
¿Cómo te enteraste de la detención de Amargo?
Por los chicos de la compañía. Yo estaba rodando en Galicia y me pillé un avión para poder estar en el ensayo general, y cuando llegué, él no estaba...
Tuvo que ser duro…
Imagínate (silencio largo)... Se me paralizó el corazón. Yo lo quiero mucho y sé cómo es. Es muy generoso. Si alguien va a su casa y le gusta algo, se lo da. Se entrega en todo.
¿Cómo fue tu reencuentro tras su salida de prisión?
Me puse a abrazarlo y a besarlo. Tenía los nervios a flor de piel y las lágrimas se me saltaban. Pero enseguida le solté: “Venga que tenemos que hacer Yerma”. Para nosotros, ahora mismo, toda gira en torno a la obra.
¿Cómo lo ves?
Muy sensible, aunque ofrezca la imagen de fuerte. No le vamos a dejar caer nunca. Hay mucha gente que lo quiere.
¿Qué tal está funcionando el espectáculo a nivel de aforo
Pese a lo que se ha podido decir, la obra está funcionando muy bien.
Nos has abierto las puertas de tu casa por primera vez. ¿Cuánto tiempo llevas viviendo aquí?
Diez años, es la casa de mis sueños. Me la hice de manera que pudiera tener espacios grandes y pocas cosas. Como tenía este encuentro con vosotros, he colocado una mesita en el centro, pero habitualmente está todo desalojado.
¿Es cierto que usas el salón para practicar tus pasos?
Sí. Aquí me monto yo mi estudio de baile. Me gusta practicar mientras me miro en los espejos. Por eso tengo tantos… Mi sueño era tener una casa estudio donde poder ensayar.
La cocina es preciosa, ¿la utilizas mucho?
No soy cocinillas, pero sé cocinar, porque mi madre es una maravilla y con mi hermana, ya te mueres. Yo me pongo nerviosa y eso que dicen que te relaja… Mi madre me dice que lo haga con más delicadeza.
Por lo que cuentas, parece que invitar a cenar a tu familia no sucede frecuentemente…
Son mi madre y mi hermana las que cocinan. Yo me encargo de otras cosas (risas). Yo soy buena pinche, se me da de maravilla colocar la mesa, poner la música, hacer que haya energía en el ambiente… Soy muy buena anfitriona.
¿Cómo vas a pasar las Navidades?
Aquí, en Madrid, en familia. Mis padres están en Sevilla y tengo mucho reparo a que vengan. Así es que las pasaré con mi hermana y amigos que tenemos en común. Entre todos haremos algo bonito, porque con mis padres, aún no sé lo que pasará. Mi padre quiere venir a ver la obra, pero lo del Covid me tiene angustiada. Sufro mucho miedo por ellos.
Eres la hermana de una de nuestras actrices más reconocidas, pero tú también llevas muchos años dedicada a este mundo. ¿Quién es Sara Vega?
Una mujer que hace las cosas con amor y desde el amor, y que es muy sensible. Me considero muy solitaria, aunque siempre estoy rodeada de amigos. Y para terminar, ante todo soy hermana, hija y amiga.
¿Con qué edad te iniciaste en el mundo del espectáculo?
Con 8 años, en el conservatorio de Sevilla, por eso, desde niña tengo la disciplina de la danza, aunque luego he hecho arte dramático, interpretación, canto… Siempre agradeceré a mis padres que me apoyaran desde tan pequeña con mi decisión de bailar.
¿Cómo se tomaron vuestros padres que tanto tú como Paz quisierais ser artistas?
Los dos estaban encantados. Tanto mi padre como mi madre, no nos pusieron ningún tipo de barreras. Es verdad que, al principio, a mi madre le dio un poquillo de pena que nos viniéramos a Madrid, pero nos dijo: “Si vosotras os vais para allí, yo también”. Mi madre, antes de la pandemia, pasaba muchas temporadas con nosotras.
¿Hay que demostrar el doble por llevar ese apellido?
Hay que demostrar tu verdad. Cada uno comparte y muestra lo que tiene.
Os parecéis físicamente, pero da la sensación de que sois muy diferentes...
Somos muy distintas, pero nos admiramos, queremos y respetamos muchísimo.
¿Te gustaría trabajar juntas?
Por supuesto. Lo que pasa es que es difícil porque tenemos una voz muy parecida. No sé si sería creíble, a no ser que hagamos de hermanas.
¿Qué tal eres como tía?
No soy la típica tía que esta encima constantemente, pero los amo con todo mi corazón.
¿Y a ti te gustaría ser mamá?
No estoy por formar una familia en este momento, ya la tengo con mis amigos, mi familia y mi trabajo. Ser madre es una decisión de vida, no una obligación y puedo dar amor de mil maneras distintas.
¿Y enamorarte?
Estoy abierta al amor. De hecho tengo el corazón ocupado, estoy conociendo a alguien, pero desde la libertad que necesito y no es fácil de lograr. Necesito amar y ser amada.
¿Qué más proyectos tienes?
Estoy grabando una serie de época en Galicia para Netflix, he hecho un especial para Fin de Año con José Mota y estoy a la espera de un proyecto para febrero… También me gustaría volver con mi espectáculo La madre que me parió.