Santi Millán: “Mi vocación es ser anónimo, bastante exposición he tenido ya en mi vida”

Muchos lo conocimos dando vida a Sergio en la popular serie 7 vidas allá por el año 1999. Despreocupado y con espíritu de Peter Pan, aquel personaje de larga melena le marcó, pero no le estigmatizó. De la interpretación dio el salto a los platós para conducir programas de televisión y actualmente se ha hecho un hueco presentando formatos de gran éxito. ¿El último? El nuevo Caiga quien caiga, el regreso del mítico programa de Telecinco que vuelve para revivir sus mejores tiempos.

Luciendo de nuevo esa melena larguita que tanto nos recuerda a su etapa en 7 vidas, Santi Millán repasa su trayectoria con SEMANA, nos habla de su familia y su matrimonio y nos deuestra que de aquel personaje alocado e infantil solo le queda el corte de pelo. Casado desde hace 25 años con Rosa Olucha, más maduro y consciente de lo que supone estar cada día delante de una cámara, Millán nos habla de los privilegios, pero también de los peajes que se paga con la fama. Y puntualiza: “Cuidado porque una cosa es ser famoso y otra tener éxito. Yo busco el éxito, pero nunca he buscado la fama”. 

En ‘Caiga, quién caiga’ os encargáis, entre otras cosas, de desmentir bulos. A título personal, ¿cuál es el mayor bulo que has leído o escuchado sobre ti?
Todo lo que se ha dicho de mí es verdad (risas). No recuerdo bulos, pero si muchas opiniones innecesarias.

¿Te buscas en google?
Al principio sí, claro. Piensa que yo soy de una generación que vivía perfectamente sin internet. Entonces, al principio sí que era curioso, decía, Ostia, pones tu nombre y salen cosas tuyas. Pero ahora no.

¿La fama cómo la llevas?
Yo creo que bastante bien. Intento llevarlo de la mejor manera posible.

¿Qué es el éxito para ti?
Para mí el éxito es poder hacer aquello que me apetece hacer y que, además, la gente de tu entorno y de tu profesión, reconoce. La gente suele confundir el éxito con la popularidad, pero tú puedes ser popular por cualquier cosa. Yo nunca he querido ser famoso, yo nunca he buscado la popularidad, nunca he buscado la fama. A mí me encantaría ser anónimo, pero para este trabajo el ser anónimo es un handicap.

Santi Millán nos habla sobre la paternidad: "Intento ser un padre afable, pero uno, como padre, tiene la obligación de educar"

¿Cómo padre eres tan divertido como la gente cree?
Hombre, lo intento. Intento ser un padre afable, pero uno, como padre, tiene la obligación de educar. Entonces es un trabajo más complicado porque hay veces que tienes que marcar el camino y no siempre es el camino que ellos quieren coger. Tú sabes qué es lo mejor para ellos y lo que intento es convencer a mis hijos de que es lo mejor para ellos. No busco mi propio beneficio, yo lo único que busco es su bien. Puedo estar equivocado, puede que lo que yo crea que es bueno para ti a lo mejor no lo es al final, pero ten por seguro que yo cuando se lo digo es que estoy convencido que eso es lo mejor para ellos y no hay otro condicionante.

Es un amor incondicional.
Sí, lo es.

¿Un padre puede ser amigo de sus hijos?
Se puede ser, y yo creo que, con el tiempo, una vez tus hijos estén educados y demás, yo creo que ahí sí, pero hay un proceso en el que tú tienes que imponer.

¿Te ven en televisión?
¡Qué va! Nunca le han dado la mínima importancia. Yo creo que ellos empezaron a darse cuenta cuando veían la reacción de los amigos. Mis hijos han naturalizado que su padre salga en televisión y pensaban que todos los padres hacían lo mismo.

Hace pocos meses tu mujer, Rosa, y tú, habéis celebrado vuestro 25 aniversario juntos ¿Cómo ha sido el camino?
Cuando tú eres solo tú, tu espacio te pertenece, entonces haces con él lo que quieras. Cuando compartes, tú mantienes un espacio, pero hay otro espacio que ya no es tuyo, que ya has compartido. Y ese espacio hay que saber gestionarlo. Y sobre todo es muy importante admirar a tu pareja. En el momento que tú ya no admires a tu pareja, eso se acaba.

¿Mantener tu vida en un discreto plano es una manera de protegerlos?
Por eso te decía que mi vocación es ser anónimo y, además, creo que bastante exposición he tenido ya en mi vida como para encima exponer más cosas. No lo he visto necesario. Nunca me he sentido cómodo y además, no he pensado nunca que fuese interesante.

La faceta oculta de Santi Millán al margen de la televisión: "Ahora soy escultor"

¿Qué cosas te hacen disfrutar al margen de la televisión?
Pues mira, en la pandemia empecé a hacer manualidades y el día 29 hago una exposición en Barcelona. Imagínate, ahora escultor. Para que veas que siempre hago de todo.

¿Y dejarías la tele por esto?
Si me da mucha pasta la escultura, sí, lo dejaría todo.

¿Las vas a poner a la venta?
Claro, la idea es esa, porque ya tengo de pongos en casa que no sé qué hacer… O me las saco de encima… y la primera intención es venderlas. Cuando vea que no se pueden vender las regalaré.

Y volviendo a Caiga quien caiga, ¿cómo te llegó este programa?
Me lo ofrecieron. Yo no sabía que se estaba gestando este programa, porque si no igual me hubiera postulado yo; pero no, me lo ofrecieron ellos cuando vieron que ni Pablo Carbonell, ni Wyoming, ni Arturo Valls estaban disponibles. Dijeron: "ostia, ¿qué hacemos, macho? ¿Ahora qué hacemos?". Y dieron, pues venga, llamamos a Santi a ver si cuela. Estoy muy contento de poder formar parte de esto.

¿Tú qué recuerdos tienes del formato?
Piensa que esto al final es como los amores, o sea, con el tiempo solo recuerdas lo bueno. Yo estoy convencido que si revisitas el ‘Caiga quien Caiga’, pues el programa mítico, y cosas buenísimas, y después había cosas que no eran tan buenas, incluso había cosas que eran malas. Pero el tiempo destila todo eso y al final te quedas con  esos buenos recuerdos.

¿El humor ha cambiado?
No te creas que tanto.

¿Cómo crees que van a recibir el programa los espectadores?
Yo espero y deseo que con alegría y con devoción, espero que lo reciban bien, porque ya te digo, es un gran formato y además yo estoy muy contento porque, independientemente del equipo que hay delante de las cámaras, hay un equipazo detrás de las cámaras, y eso es muy importante. No sé cómo va a recibir la gente el programa, no sé, eso no lo sabe nadie. Y quien diga que lo sabe, yo creo que os engañan. Nadie lo sabemos qué va a pasar cuando la gente se ponga delante de la televisión y vea el programa. Lo que sí que puedo asegurarte es que nosotros estamos súper orgullosos de lo que vamos a mostrar a la gente.